La Policía Nacional dio de baja ayer a Fidel A.L.V. uniformado que estaba en servicio activo, acusado de haber asesinado a sangre fría al taxista José Gregorio Moreira, de 62 años.
El hecho ocurrió el martes de la semana pasada, en Portoviejo. Moreira salió de madrugada a trabajar y el policía de 23 años lo paró para una carrera. Se ubicó en los asientos traseros y después de pocos minutos de recorrido sacó su arma 9 milímetros, dotación del Estado, y le disparó en la cabeza al chofer. Después se apropió de unas monedas que estaban en la parte delantera del vehículo y revisó los bolsillos de la víctima. Todo está registrado por la cámara de seguridad instalada en el vehículo.
En el comando de Policía de Manabí se reveló, posteriormente, que el acusado tenía expedientes por indisciplina y que era un asiduo consumidor de drogas. Fidel A. L. V. fue detenido el fin de semana, en su casa. Tenía ocho meses trabajando en la Policía.
Este crimen provocó una protesta masiva de taxistas, que se dio el pasado lunes en la capital manabita.
A Portoviejo llegó ayer el ministro del Interior, José Serrano, para visitar a los familiares del taxista fallecido. Serrano señaló que se abrieron dos investigaciones, una por el procedimiento en el ingreso a la institución del exuniformado y otra para aclarar por qué el expolicía “cargaba el arma” en el momento del crimen, si no estaba trabajando.
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