Militares colombianos y la guerrilla se miran a la cara en Cuba

La Habana (AP) — Los militares se sentaron a la mesa con líderes de las FARC por primera vez en décadas al finalizar el viernes una ronda de negociaciones de paz que generaron esperanzas de lograr un acuerdo para poner fin a más de 50 años de conflicto armado.

En medio de críticas y muestras de apoyo los uniformados viajaron a la isla para conformar una comisión que estudiará los mecanismos de una eventual desmovilización y desarme de los rebeldes, si el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) finalmente llegan a firmar un convenio de paz.

Ninguna de las partes quiso comentar cómo se desarrolló el encuentro entre los militares y los guerrilleros; sin embargo el comandante de las FARC Iván Márquez expresó que había dado un mensaje a los uniformados: «Esperamos que en los ratos de trabajo conjunto que tendremos, podamos compartir con el ser humano que está más allá del camuflado, del rango y de la rigidez del reglamento».

Las jornadas de esta ronda de conversaciones que comenzaron a principios de agosto y concluyeron el viernes dejaron como saldo emotivas entrevista de las partes con víctimas del conflicto y la instalación de dos importantes dos comisiones, entre ella la muy polémica de militares en activo y otra de académicos que evaluarán las causas y consecuencias del conflicto.

«Ha caído el telón de un ciclo de conversaciones en La Habana, pletórico de sucesos que han avivado el fuego de la esperanza», declaró el comandante de las FARC Iván Márquez.

Para el delegado gubernamental Humberto de la Calle, las conversaciones habían entrado «a un momento decisorio».

La comisión técnica delos militares está integrada por 10 miembros, encabezada por el general del ejército Javier Flórez y no participará en las negociaciones que se desarrollan en la isla entre las partes, explicó un comunicado de la delegación gubernamental distribuido el viernes. Su trabajo consistirá en evaluar mecanismos para la desmovilización, el almacenamiento de las armas y el cese al fuego.

El ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón aclaró en Colombia que el viaje de los militares a la isla no «se trata de una rendición ante los terroristas» y afirmó que «jamás se doblegará a nuestros héroes», en respuesta a diversas críticas surgidas en el ámbito castrense y entre políticos de la oposición.

El gobierno y la guerrilla desarrollan conversaciones desde fines de 2012 en la capital cubana con base en una agenda establecida de seis puntos. Actualmente se discute el resarcimiento a las víctimas, luego de haber llegado a acuerdos sobre los problemas de la tierra, la participación política y combate al narcotráfico.

Las partes volverán a la mesa el 1 de septiembre.

En la cuestión funcional, la comisión de militares estará bajo la responsabilidad de dos negociadores designados por Santos cuando comenzaron las conversaciones: los generales retirados Jorge Enrique Mora y Óscar Naranjo.

Las FARC indicaron en varias ocasiones que no entregarán las armas sino que las depondrán, pero sin especificar cuál será el mecanismo para hacerlo.

Los guerrilleros declararon a lo largo de estos casi dos años de conversaciones varios ceses del fuego unilaterales, exhortando al gobierno a tomar la misma actitud. Sin embargo, Santos indicó que no dará una tregua antes de que las conversaciones lleguen al final.

La llegada de los militares activos a La Habana generó en Colombia opiniones disímiles.

Mientras que los simpatizantes de Santos aplaudieron la decisión, sus opositores, encabezados por el expresidente Álvaro Uribe, arreciaron con comentarios negativos.

«Pte Santos: no hay peor tratamiento a soldados y policías que igualarlos con el terrorismo», escribió Uribe (2002-2010) en su cuenta de Twitter». Y agregó que el jefe de Estado «irrespeta a las FFAA exigiéndoles deliberar con sus verdugos terroristas».

El exsenador Juan Carlos Vélez, seguidor de Uribe, atacó en su cuenta de Twitter: «No entiendo dónde está la dignidad del Gral Flórez y demás oficiales de las FFMM cuando en La Habana los obligan a escuchar el himno de FARC».

Para el senador oficialista Roy Barreras, «no es cierto que el general Flórez y su comitiva fueron (a Cuba) a entregar la dignidad de las Fuerzas Militares… Eso es una falacia y no solamente una afirmación mendaz sino un ataque frontal contra la paz».

Señaló que las críticas de Uribe y sus seguidores «son delirantes» porque los militares «ni siquiera van a deliberar. Se equivoca (Uribe) de nuevo contra la paz».

Flórez, de 57 años, fue miembro del equipo militar que en de septiembre de 2010 bombardeó las selvas del departamento de Meta, en una operación en la que murió el jefe militar de las FARC, Víctor Julio Suárez, alias «Jorge Briceño» o «el Mono Jojoy».

Nacidas en 1964 como una guerrilla campesina y actualmente con unos 7.000 combatientes, las FARC recibieron en los últimos años sus golpes más duros, en parte por la estrecha colaboración militar y económica de Estados Unidos, entre ellos la muerte de Raúl Reyes en 2008 durante un bombardeo de las tropas colombianas en territorio ecuatoriano y la muerte del jefe Alfonso Cano en otra operación militar en 2011.

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