¿Cuán buenos son los Tratados de Libre Comercio?

Gonzalo Orellana
Londres, Reino Unido

Más que hacer una valoración del recientemente firmado acuerdo comercial con la UE, intentaré únicamente dar algunos elementos que pueden contribuir al debate. Afortunadamente la cantidad de acuerdos comerciales que se han firmado es tan grande que contamos con una importante cantidad de evidencia, pues se estima que en las últimas décadas se han firmado más de 300 tratados, sin tomar en cuenta las decenas que se encuentran en proceso de negociación.

Pero ¿son tan buenos como dicen quienes los apoyan? ¿O tan nocivos como sus detractores lo plantean? Para responder, miremos algunos ejemplos. En 1994 México, Canadá y EE.UU. firmaron NAFTA, y sus defensores muestran que tanto las exportaciones mexicanas como la inversión estadounidense en México crecieron notablemente. Sin embargo, si miramos la evolución del PIB per capita en Latinoamérica en las ultimas dos décadas, vemos que México es uno de los países que creció menos, por debajo de casi todas las economías latinoamericanas, incluyendo las que no tienen acuerdos con EEUU.

Aun considerando esto, se podría decir que NAFTA fue mas exitoso que otros tratados como CAFTA, el acuerdo entre EEUU y Centroamérica. Diez años después de su firma, el incremento de la inversión y las exportaciones ha sido modesto y varios de los países firmantes se encuentran entre los de peor desempeño económico en la región durante la última década. Un TLC no garantiza crecimiento, ni mucho menos desarrollo.

Para seguir con los ejemplos podemos comparar dos países con realidades económicas y sociales similares y que han adoptado estrategias comerciales completamente distintas: Ecuador y Colombia. Nuestro país no tiene prácticamente ningún acuerdo comercial mas allá de los grupos a los que pertenece como la CAN, Aladi, etc. o el recientemente firmado con la UE que todavía no entra en vigor; por el contrario Colombia ha firmado acuerdos con: EE.UU, la UE, Corea, Canadá, México entre otros. La lógica diría que Colombia debería tener un crecimiento de sus exportaciones y de la economía en general muy superior al de Ecuador.

Miremos los resultados: en el caso del desempeño de la economía las cifras son lo contrario a lo que la lógica diría, entre 2008 y 2013 Ecuador creció más que Colombia en 4 de los 6 años considerados. En el caso de las exportaciones, vemos que las ventas colombianas al mundo entre 2007 y 2013 crecieron un 96% en valor o un incremento anual promedio de casi el 14%, en el caso del Ecuador y para el mismo periodo, las exportaciones crecieron un 71% o 10% anual promedio. A primera vista daría la impresión de que en efecto las exportaciones colombianas crecen mas rápido que las nuestras; sin embargo hay que considerar que las ventas de ambos países están altamente influenciadas por hidrocarburos y minerales, para Ecuador el petróleo representó el 56% del total de exportaciones al 2013 y en Colombia el sector minero (petróleo y carbón sobre todo) fue un 58% en el mismo año.

Para hacer una mejor comparación hay que excluir estos sectores, porque gran parte de su incremento en años recientes se debe al boom de los commodities y porque el efecto de los acuerdos comerciales sobre estos bienes es nulo. Una vez que excluimos estos productos vemos que las exportaciones no petroleras del Ecuador aumentaron un 68% en valor entre 2007 y 2013 o casi 10% promedio anual y las exportaciones equivalentes en Colombia en el mismo periodo solo crecieron un 16.5% o 2.4% promedio anual. Por ahora no parece que la firma de TLCs le este dando a Colombia una gran ventaja con respecto a nuestro país.

¿Cómo entender que algunos TLCs no impacten positivamente a la economía? La respuesta radica en dos cosas: la primera es el nivel de desarrollo del sector privado, evidentemente el tejido empresarial mexicano es más grande, sofisticado y eficiente que el de la mayoría de Centroamérica, lo que lleva a que sus empresas se beneficien más de su acuerdo con EE.UU. que las de un país como por ejemplo Honduras. El segundo aspecto a considerar, es la existencia de ganadores y perdedores, dados los distintos niveles competitivos de las industrias de un país, hay sectores que ganarán con el acceso a nuevos mercados y hay sectores que perderán con la nueva competencia. Pensar que toda la economía mejora con la firma de un TLC es ingenuo.

¿Esto quiere decir que no hay que firmar ningún acuerdo comercial? Por supuesto que no, pero hay que tener claro que un TLC no es otra cosa que tener un puesto en el mercado, nos permite pero no nos garantiza vender, aspectos tanto logísticos como de calidad del producto, valor de la marca o el precio son importantes. Ecuador requiere llegar a acuerdos comerciales como el recientemente firmado con la UE, pero teniendo claro que lo verdaderamente importante es trabajar en mejorar la competitividad y las capacidades productivas de nuestro sector privado.

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