Acapulco (México), 10 nov (EFE).- Centenares de estudiantes, maestros y familiares de los 43 jóvenes mexicanos que están desaparecidos desde septiembre pasado y se cree que fueron asesinados por narcotraficantes tomaron hoy el aeropuerto del balneario de Acapulco sin que ninguna autoridad lo impidiera.
En unas declaraciones a los medios, el portavoz de los padres de los estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, Felipe de la Cruz, dijo que mantendrán cerrado el aeropuerto durante al menos «tres horas», en la que «nadie va a entrar ni salir».
Los manifestantes, la mayoría con los rostros cubiertos y algunos con palos y escudos en las manos, ingresaron a la terminal aérea y escribieron en las paredes mensajes como «Todos somos Ayotzinapa» y «(Enrique) Peña Nieto, asesino», en alusión al presidente mexicano, quien hoy se encuentra de visita en China.
«Van a llegar vuelos, pero no van a salir», añadió el portavoz, quien prometió que los manifestantes van «a estar en orden».
Los 43 estudiantes, la mayoría de edades entre 18 y 21 años, están desaparecidos desde el 26 de septiembre, día en que fueron detenidos por policías y entregados a miembros del cártel Guerreros Unidos, quienes los mataron y quemaron durante más de 14 horas para evitar que quedaran rastros, según el testimonio de tres detenidos por el crimen.
La fiscalía encontró restos óseos y cenizas en el basurero donde se hizo la hoguera, así como en una de las ocho bolsas que fueron lanzadas a un río por los criminales.
Todo ese material va a ser analizado por un laboratorio en Austria para lograr la identificación.
Los 43 estudiantes tienen el estatus legal de desaparecidos hasta que dichas pruebas corroboren que se trata de ellos, si bien los expertos ya han advertido que será muy difícil la identificación por la extrema calcinación de los restos.
Los familiares anunciaron el pasado viernes que no aceptaban las explicaciones de la fiscalía mexicana y que no cesarán en sus exigencias y protestas hasta que haya pruebas fehacientes de que sus hijos están muertos. EFE