La cacofonía terrestre

Mariasol Pons
Guayaquil, Ecuador

Para este articulo he pensado en mil temas, he retrasado en varios días la publicación y es que hay tanto de qué hablar que me siento abrumada. Escoger un tema idóneo, en este momento, me es imposible y por eso preferí escribir sobre eso… sobre sentirse abrumado.

Empecemos con los precios del petróleo, qué tema tan trillado y a la vez fundamental para la economía de nuestro país y todo lo que eso conlleva para quienes vivimos aquí. Se habla de consulta popular, se habla de reelección indefinida, se habla del colegio Mejía, se habla de techos salariales, de topes para utilidades de trabajadores, se habla de Claro.

También se habla del gasto de Estados Unidos para renovar su arsenal nuclear “vetusto”. El brote del ébola, sus víctimas, la realidad de las mismas y además todas las teorías conspiratorias del mismo. A su vez se habla del G20, de la posibilidad de incrementar la sanciones a Rusia por continuar con operaciones al interior de Ucrania, del aniversario de la caída del Muro de Berlín, de cómo 31 países contribuirán para mantener abierto el campo de Auschwitz. Leí en el diario ABC que el Estado Islámico dice haber decapitado a Peter Kassig –un rehén americano- y que los EEUU van a entrenar en Turquía a dos mil rebeldes “moderados” pues esperan crear una fuerza militar “profesional y motivada” que altere el curso de la guerra en Siria.

No voy a transcribir los titulares de noticias del mundo, no es necesario. Además de todo esto que pasa en nuestro país y en el mundo están las presiones personales que últimamente percibo con mayor evidencia en las personas en general. El trabajo, las responsabilidades económicas, la velocidad vertiginosa de la vida, la educación de los hijos, las redes sociales, la sociedad y sus expectativas, las amenazas que se perciben vienen de fuera para alterar nuestro bienestar. ¡La gente cuando anda abrumada y llena de miedo se pone violenta! Así también hay quien busca orientarse de tal manera que las respuestas a sus inquietudes vienen de dentro y no de fuera. Voy a un curso donde se habla del auto referente y estoy encantada con las enseñanzas que ahí me ofrecen.

Cuando no entendemos algo enseguida nos defendemos y es que es difícil comprender por qué el entorno se vuelve tan hostil. Es inevitable sentir que uno no es nadie y es poco o nada lo que pueda hacer. La impotencia, la frustración es evidente porque tratamos de controlarlo todo.

Albert Einstein decía que no puedes esperar resultados distintos si siempre haces las cosas de la misma manera. Los gringos dicen “keep it simple”, pero no estoy segura de que su mensaje al mundo sea ése. Gertrude Stein escribe en la “Autobiografía de Alice B. Toklas” acerca de la inercia que movía su vida y cómo necesitaba fuerzas exógenas que la hicieren cambiar de curso hasta encontrar la salida a una vida que la aburría por carecer sentido. El ser tiene un potencial inmenso que puede desarrollarse a través del empoderamiento y la búsqueda del sentido en lo que nos atañe.

Cuando yo observo el contexto no siempre encuentro sentido a lo que veo, no pretendo analizar punto a punto cada noticia pero en general me parece una cacofonía peligrosa alejada de la humanidad del ser, una cacofonía de la que no quiero ser parte. No sé qué opinan ustedes.

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