Maduro acusa a televisoras de golpistas en medio del recuerdo del Caracazo

Nicolas Maduro, Foto Archivo: La República

Caracas, 27 feb (EFE).- El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, sumó hoy a medios televisivos «de la burguesía» del país al plan de golpe de Estado que asegura que hay en su contra en un día en el que Gobierno y oposición recordaron la revuelta popular que dejó cientos de muertos hace 26 años y conocida como el «Caracazo».

Maduro ha repetido en varias oportunidades que contra su Ejecutivo existe un «golpe continuado» y, a pesar de que en los últimos días se informó del desmantelamiento de un intento de levantamiento militar que contaría con apoyo desde EE.UU., acusó a los canales televisivos «burgueses» de «manipulación total» de la información sobre la intentona.

«Estuve viendo hoy los noticieros de los medios de comunicación de la burguesía, están todos metidos en el plan del golpe, así lo creo, el tipo de tratamiento que le dieron a los asuntos del país fue una manipulación total, abierta y descarada», aseguró el jefe del Ejecutivo durante un contacto telefónico que hizo a un acto oficial en el centro del país.

La oposición, señalada de estar también involucrada en este complot por el Gobierno y que rechaza de plano las acusaciones, recibió hoy con interés las declaraciones del presidente de Uruguay y figura muy respetada por Maduro, José Mujica, sobre supuestas intentonas.

Mujica, que este domingo traspasará la presidencia a Tabaré Vázquez, integrante también del izquierdista Frente Amplio, afirmó ayer en una entrevista que el «problema» que podría aparecer en Venezuela es que «un día» se pudiese ver frente a un «golpe de Estado de militares de izquierda».

«Ahora que Maduro ha venido diciendo que hay un golpe de derecha en Venezuela planeado por el imperialismo norteamericano, y resulta que Pepe Mujica (…) dice que su principal preocupación sobre Venezuela es la inminencia de un golpe perpetrado por militares izquierdistas», dijo en rueda de prensa el secretario ejecutivo de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús Torrealba.

«Nosotros quisiéramos que el señor Mujica, en su condición de demócrata latinoamericano (…) sea más explícito porque lo que está en juego es la calidad de la democracia en la región, y lo que está en curso es la crisis venezolana», añadió el vocero de la coalición que integran la mayoría de los partidos opositores del país.

Sin embargo, el mismo Mujica denunció hoy en su última audición para radio M24 como mandatario la existencia de «un conjunto de disciplinas» de «resistencia civil no violentas» auspiciadas desde el exterior y que tendrían como objetivo «corroer y derrumbar» estados como, por ejemplo, Venezuela.

«Ningún gobierno se puede cruzar de brazos ante la prédica de golpismo», señaló el todavía máximo mandatario oriental aunque, admitió, que en la medida que se ejerce «algún grado de represión, se cometen errores».

Venezuela también recibió hoy la noticia de que el eurodiputado, del partido español Izquierda Unida, Javier Couso, ha promovido una declaración de apoyo en el Parlamento Europeo al Gobierno encabezado por Maduro, firmado, de momento, por compañeros del grupo parlamentario europeo de Izquierda Unitaria.

Desde EE.UU., señalado de forma reiterada por Caracas de estar detrás de planes de desestabilización del país, algo que Washington ha calificado en alguna ocasión de «ridículo», un funcionario, que habló en condición de anonimato, señaló que el país norteamericano como miembro de la comunidad interamericana e internacional tiene una «seria preocupación» sobre Venezuela.

Una preocupación, dijo, que «creo que ha sido compartida por varios gobiernos de la región», por eso enfatizó que «todos nosotros como comunidad, tenemos un deber de mostrar cualquier apoyo posible para ver un mejoramiento en las condiciones en Venezuela, que se respeten los derechos humanos».

Hasta Venezuela llegaron este tipo de expresiones el día en que se conmemoraron 26 años del «Caracazo», un levantamiento popular que comenzó en las barriadas pobres de la capital venezolana en rechazo a las alzas de precios y tarifas exigidas entonces por el Fondo Monetario Internacional en su plan para tratar de atajar los problemas económicos por los que pasaba el país.

La jornada de disturbios fue sofocada a tiros por militares y policías y dejó un número aún no determinado de muertes que van de 300 a 3.000.

Todos los años el chavismo celebra esta fecha como el suceso que impulsó al nacimiento de la llamada revolución bolivariana mientras que la oposición rechaza esas atribuciones y critica que se recuerde de esa forma el día en el que murieron cientos de personas.

«Este proyecto autoritario, que es temporalmente inquilino de (el palacio presidencial de) Miraflores, tiene la mala costumbre de convertir en fiesta lo que son tragedias», aseguró hoy al respecto el vocero de la MUD, Jesús Torrealba.

Por su parte el presidente venezolano invitó a participar mañana sábado en una marcha para conmemorar esta fecha.

«Sábado de dignidad», dijo Maduro tras reiterar que la convocatoria de mañana será «antimperialista» para, dijo, «que los imperialistas del mundo sepan que Venezuela se respeta». EFE

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