La Guerra Fría no termina en dos días

Martina Vera

Martina Vera
Madrid, España

El café mañanero en Cuba no pierde su punto y al igual que la Isla, no se altera con el paso del tiempo. Sin embargo, aunque parezca surrealista, puede que ese café sea lo único que permanezca igual tras el deshielo de relaciones con Washington o, al menos, eso se interpreta del encuentro histórico entre Castro y Obama en la Cumbre de las Américas. ¿A que se debe el pase de página tras 50 años de Guerra Fría y que puede comprometer ese cambio de posiciones en el tablero?

¿Pase de página a destiempo?

No sea ingenuo. Evite pensar que el deshielo de relaciones entre la isla y EEUU ocurre tarde, es una coincidencia o, el resultado de años de presión mundial para levantar el embargo. Sucede cómo y cuando Washington y la Habana quieren y fríamente calculan propicio. ¿Qué respalda la decisión y el cambio en ambos frentes?

A EEUU le urge renovar su política externa

El embargo a Cuba, se inició a raíz del temor de contagio comunista en EEUU y los países de las Américas. Pasada la guerra fría, ese razonamiento desvanece y cedió paso a un bloqueo absurdo en el que congresistas cubanos del Estado de Florida, se oponían a reanudar relaciones con el gobierno que les obligó a abandonar su tierra. Poco lograba el Presidente de turno en la Casa Blanca en esta materia sin el apoyo del Congreso. Hoy, esas circunstancias cambian:

1. Emigrantes tienen nuevos intereses en la Isla: Cuba se abre a la inversión privada de manera progresiva y aquellos que emigraron a EEUU y se oponían a remover el embargo, ahora quieren invertir en la Isla.

2. Obama, solo hay uno: El Presidente se encuentra mejor posicionado que sus antecesores para propiciar un cambio en esta materia. Obtuvo mas de el 50% del voto cubano en Florida en las elecciones del 2012.

3. EEUU cambia de estrategia en su política externa: El rechazo de países e individuos al imperialismo se violenta e instiga al radicalismo en Oriente Medio. EEUU no puede correr la misma suerte en Latinoamérica. Decide no imponer y conciliar y esta es la ocasión para demostrarlo.

4. EEUU aísla, no se deja aislar: ante la negativa de quitar el embargo a Cuba, los países latinoamericanos crean organizaciones alternas que aíslan más a Washington que a la Habana. EEUU quiere reinsertarse en el mapa con etiqueta de miembro en el clan de las Américas.

En Cuba las circunstancias que propician el cambio son distintas pero ciertamente más evidentes.

El comunismo fracasa en la isla

Años atrás, Fidel Castro dejó a los teleoyentes internacionales en shock cuando alegó, con todas las letras, que el comunismo cubano ya no sirve como modelo de desarrollo ni para la propia Cuba. Sospechamos que ese comentario deriva de circunstancias que hoy bullen, como el paro de su economía -sumamente dependiente del sector de servicios-, de la falta de ayudas y subsidios petroleros de Venezuela, el envejecimiento de su población y el nulo crecimiento del país. Así, el comunismo fracasa como modelo de desarrollo. Eso propicia en la Isla reformas para flexibilizar políticas migratorias, materia agrícola, el código tributario, la admisión de negocios privados, la existencia de crédito privado y la apertura a la inversión extranjera. Sin embargo, esos pasos marcan tan solo el inicio de la resolución de problemas mucho mayores según Miguel Díaz-Canel, Vicepresidente de la Isla. Esos retos futuros son amplios, ásperos y agudos y su resolución puede ocasionar que Cuba se desangre.

Los retos del cambio

En materia interna, la isla afronta retos vastos. Debe buscar un equilibrio que le permita atraer inversión extranjera, sin abandonar la soberanía por la que ha luchado. Cuba también debe ser cautelosa al descifrar cual es el precio de desigualdad social que la población está dispuesta a pagar a cambio incrementar la productividad del país y desarrollar mejores oportunidades.

En cuanto a incógnitas sobre el nuevo modelo que desarrollará Cuba, la comunidad internacional se muestra expectante y dubitativa. La reanudación de relaciones con EEUU no ocasiona alteraciones de poder en el ejecutivo de la Isla ni tampoco acoge una apertura de mercado total. ¿Funcionará un modelo híbrido, nunca antes probado, donde el castrismo prevalezca en el poder y a la vez reanude relaciones con occidente?

Por ahora, no se mete el dedo en la llaga

Un punto que no se discute, pero jamás de olvida, es el irrespeto a los derechos humanos en la Isla. El resultado de ese debate puede ser amargo y así lo demuestra el delicado estado de las relaciones Washington-Caracas en esa materia. Evidentemente, el fin a la guerra fría en el continente Americano no ocurrirá en dos días. Los retos del cambio, y en especial, el rol de Venezuela en el tablero de juego, dictan que podría no ocurrir ni en 10 mil noches.

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