Francia traslada el debate sobre el velo islámico a las faldas largas

Velo islámico, en Francia. Foto de Archivo, La República.

París, 29 abr (EFE).- Expulsadas de clase por llevar largas faldas negras, un grupo de alumnas musulmanas francesas, opuestas a la prohibición de portar el velo islámico, han reabierto en el país el debate sobre el veto a los signos religiosos en la escuela.

Ocurrió recientemente en el colegio Léo-Lagrange de Charleville-Mézières, en el noreste de Francia, cuando un grupo de alumnas acudió a clase vestidas con una larga falda negra que les cubría hasta debajo de los tobillos.

Era una reacción a la prohibición de llevar velo, una prenda que se quitan cada vez que cruzan el perímetro del centro educativo para cumplir la ley de 2004 que prohíbe llevar signos religiosos ostentosos.

Las autoridades del centro lo tomaron como una provocación y, por tanto, como un ataque al laicismo, por lo que decidieron su expulsión de clase hace dos semanas y el pasado viernes.

Fue entonces cuando el asunto llegó a las redes sociales y reabrió el debate sobre los signos religiosos en los centros escolares franceses y las dificultades para aplicar la normativa.

Aquella ley perseguía al velo islámico, considerado un signo de sumisión de la mujer. Los diputados franceses, que apoyaron mayoritariamente el texto, consideraban que el colegio podía ser un lugar de libertad para las niñas, un vivero en el que las mujeres pudieran cultivar la libertad de no verse atadas por esa prenda.

Pero la realidad es que son muchas las niñas que se lo quitan solo el tiempo que permanecen en el colegio.

Hace unos años, el debate en Francia se centraba en si debía prohibirse también el velo en las proximidades de las escuelas, donde en muchos casos las niñas los colgaban y luego se lo ponían al salir de clase.

Es el caso de Sarah, alumna de 15 años del colegio Léo-Lagrange, una de las alumnas expulsada dos veces del centro por llevar la larga falda.

La directora del centro, Maryse Dubois, tomó esa decisión y envió una carta de advertencia a sus padres.

Dubois cuenta con el respaldo de sus superiores en virtud de la ley de 2004 que, textualmente, prohíbe «llevar signos o prendas que manifiesten una pertenencia religiosa» en la escuela.

Las autoridades educativas consideran que en este caso no es la falda larga la que motiva la prohibición sino la actitud de las niñas, a las que acusan de «provocación».

Sarah, por su parte, afirmó hoy en las páginas del vespertino «Le Monde» que la medida es «injusta» y que no justifica que la dejen fuera de clase.

La joven volverá a la escuela tras las vacaciones escolares y lo hará con pantalón, para evitar volver a ser expulsada, pero su caso ha provocado ya una reacción en la comunidad educativa.

La polémica ha sacado a la luz decenas de incidentes de este tipo que se producen a menudo en los colegios, la mayor parte de ellos sobre faldas demasiado largas.

El Ministerio de Educación recordó que, ante la duda sobre el contenido religioso de una prenda, debe atenderse a la «actitud» de los alumnos y apreciar posturas como la negativa a vestir trajes apropiados para las clases de educación física.

Como en tantas ocasiones, la red social Twitter se ha apoderado del caso bajo el lema «JePorteMaJupeCommeJeVeux» (visto mi falda como quiero).

«Demasiado corta te escupen, demasiado larga te expulsan de clase. Dejadnos en paz», se lee en algunos de los mensajes de la red social.

«¿Cuándo van a prohibir los dibujos animados de Disney que llevan las faldas muy largas?», se pregunta otra usuaria.

Mientras, en el colegio Léo-Lagrange hacen todo lo posible para que el caso no se les vaya de las manos: el último intento ha sido lanzar unas clases de apoyo sobre el laicismo y la explicación de lo que suponen signos religiosos ostentosos. EFE

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