Guayaquil.- El miércoles 29 de abril, Iti Vera inauguró una exposición de sus vasijas de barro en el Museo Presley Norton, de la Avenida Nueve de Octubre. La muestra la presentó la periodista Tania Tinoco, y la cantante Olguita Oleagoitia entonó una emotivo «Vasija de barro».
Durante el evento se podía observar trabajar al maestro alfarero José Cumbe con su torno.
Iti, en su discurso dijo: «en una casa antigua del Barrio del Centenario funcionaba el Liceo Panamericano. Ahí estudié la secundaria. Eran los años en que en lugar de computación o informática se estudiaba mecanografía y taquigrafía. Pero el Liceo nos ofrecía una alternativa para quienes considerábamos una tortura hacer planas en esas máquinas Brother del pasado… ¡clases de cerámica! Fue ahí donde tuve mi primer contacto con el barro… Anita von Buchwald, nuestra profesora, trató de enseñarnos algunas técnicas básicas en medio de divertidas batallas de lodo. No aprendí mucho de técnicas, pero si me sentí atraída por ese material tan noble por su potencial y sencillez…»
«… Por una feliz coincidencia, hace cinco años volví a enfrentarme a una pella de barro. Eché de menos no haberle prestado más atención a la señorita von Buchwald, y comencé a moldear unas piezas con cordoncillos. El romance fue mágico e inmediato! Había descubierto esta actividad que me permitía encontrar el equilibrio después de la vorágine de un día de trabajo: la alfarería.»
«Poco después, conseguí un torno. Iba completando mi taller con herramientas, horno y pinturas- Quería descubrir todos los misterios que esconde este oficio milenario…Pero entendí que no había secretos!!! Simplemente, es el punto de encuentro de los elementos de la naturaleza. Tierra! Agua! Aire! Fuego! Fundidos en uno, gracias a la mano del alfarero.»
«Esta recopilación de mis trabajos, no es sólo una muestra de la pasión que siento por la arcilla, sino que quisiera hacerle un homenaje a los artesanos de nuestros pueblos, a los alfareros de Cuenca y de Jatubamba, de Samborondón y de La Pila. Somos barro por nuestro pasado y por nuestra historia; pero también somos barro que hoy debe seguir vivo en nuestras tradiciones y costumbres. Que no sea solo una vasija enterrada porque le llegó la muerte», concluyó Iti.
Para Tania Tinoco: «…fueron demasiadas las voces que empezaron a animarla a que insistiera en el barro, y lo moldeara una y otra vez, encontrándole el alma, con el fin de mostrarse en público… sin necesidad de sonido, porque el silencio de sus piezas grita. Y aquí estamos, en la primera exposición de Iti, celebrando la tierra y el arte, aplaudiendo las piezas trabajadas con la exacta presión y moldeo que requieren para adquirir vida…una vida que lleva la huella suya, la de sus manos, la de su espíritu. Confío en que ésta será la primera de muchas exposiciones de Iti Vera, la artista… después de todo el barro que existe desde tiempos inmemoriales, tiene aún otra vida, esperando el aliento, el torno, el sudor, el espíritu de Iti Vera.»
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