¿24M: Tierra de nadie o tierra de todos?

Martina Vera

Martina Vera Pérez
Madrid, España

Llega la hora de reinventar la política en España. Ese es el mensaje principal que trasmiten los comicios del 24M. La capacidad de los partidos de absorber y asimilar ese mensaje a la hora de pactar se pone a prueba en un momento decisivo, pues las elecciones generales esperan a la vuelta de la esquina. ¿El gran perdedor de estos comicios? Sin duda, el bipartidismo. ¿El gran ganador? Está por verse…

Nadie canta victoria

Rostros tibios, miradas insatisfechas, discursos cuasi-vacíos. Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Albert Rivera y hasta el propio Pablo Iglesias, comparecen ante la prensa con el aire de decepción que acompaña a quien esperaba obtener mejores resultados. Aunque no se atrevan ni esté en sus planes decirlo en público, ninguno de los líderes nacionales se encuentra satisfecho, pues se avecina una ardua estructuración de pactos para re-dibujar el mapa político de España, que a pesar de seleccionar al PP como partido más votado, se vuelca hacia la izquierda.

Estreno de resultados esperados

¿Qué establecen los resultados de las elecciones Municipales y autonómicas? Que una nueva era política empieza en España y tiene las siguientes características:

  1. El Bipartidismo llega a su fin

El  PP pierde la mayoría absoluta en varios rincones del País. Todo apunta a que ninguna de las 10 grandes ciudades españolas estará en sus manos y su gobierno en 4 comunidades depende de un pacto con Ciudadanos (TVE). A pesar de ello, continúa siendo la fuerza más votada en el país.

El PSOE podrá gobernar en ciertos sectores gracias a la victoria electoral de otros y siempre que dichas formaciones se dispongan a pactar. Los resultados del PSOE no son idóneos. De acuerdo a Infolibre, el voto general para ese partido cae en dos puntos a comparación del 2011.

  1. Los partidos emergentes irrumpen pero no arrasan

Ciudadanos irrumpe en las instituciones pero con menos fuerza de la esperada y ocupa la cuarta posición. Sin embargo, tiene la llave a la gobernabilidad de varios Ayuntamientos y Comunidades.

Podemos, irrumpe como tercera fuerza y con gran potencia en las instituciones, aunque en enero las encuestas posicionaban a ese partido como puntero, lo que contribuye a la desazón de la victoria actual. Las coaliciones que apoya Podemos en la Municipalidad de Barcelona y Madrid, previsiblemente encabezarán el gobierno si pactan.

  1. El electorado se identifica con líderes más jóvenes como lo son Iglesias, Sánchez y Rivera.
  2. Los partidos tradicionales sintonizan poco con las demandas de la calle y deben de hacer un relevo generacional (más el PP que el PSOE).
  3. Los españoles quieren escuchar propuestas nuevas con un toque social, que buena falta hacen bajo el puño de la austeridad.
  4. El ciudadano está dispuesto a cobrar con creces la corrupción.
  5. España aún no se fía del todo de los nuevos partidos.

Todas esas revelaciones las conocen de primera mano los líderes políticos aunque algunos de ellos no las asuman abiertamente. Sin embargo, los resultados revelan algo aún más importante acerca del panorama político actual: los españoles no están dispuestos a conceder mayorías a ningún partido. Ese, si es un baldazo de agua fría para ciertas fuerzas.

¿Políticos a la altura de las circustancias?

La era del gobierno en mayoría llega a su fin. ¿Estarán los políticos a la altura de las circunstancias y responderán a las demandas de un electorado que claramente insiste en dividir el poder? Un sondeo de Metrosopia demuestra que la mayoría de los ciudadanos no cuenta con ello.

La experiencia solidifica la opinión ciudadana, pues dictamina que tanto el PP como el PSOE, acostumbrados a tener el monopolio del mapa político, difícilmente estarán dispuestos a fraccionarlo. Poca cosa se puede decir en base a la experiencia acerca de los partidos que se estrenan en las instituciones. Aun así, se puede inferir el andar de Ciudadanos y Podemos volteando la vista al de sus amigos. En ese aspecto, Podemos tiene amigos más “bulliciosos” que Ciudadanos, cuya sed de poder absoluto no pinta bien en un país que valora la democracia y sobretodo, cala mucho menos en una tierra que vota a favor del fraccionamiento del poder. Los pactos adelantarán cuáles son las que consideran a España tierra de todos y cuales otras pretenden convertirla en tierra de nadie.

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