Francisco concluye visita a Bolivia marcada por episodios políticos

El papa Francisco concluyó hoy su estadía en Bolivia visitando una de las cárceles más conflictivas del país, donde los reos se emocionaron hasta las lágrimas al verlo, al final de tres días de actos pastorales, pero marcados por episodios políticos.

La visita a la cárcel de Palmasola de la ciudad de Santa Cruz (este) fue la última actividad pública del pontífice en Bolivia, antes embarcarse a Paraguay, que es la tercera y última parada de su gira por Suramérica que incluyó también a Ecuador.

El papa se presentó a los reos como «un hombre perdonado. Un hombre que fue y es salvado de sus muchos pecados» y los animó en la fe y la esperanza, tras escuchar los problemas que sufren por el hacinamiento, el retraso de la justicia y la mala alimentación.

Después de su encuentro con los reclusos, Francisco se reunió en privado con los obispos de Bolivia y luego se encaminó al aeropuerto internacional de Viru Viru para partir hacia Asunción.

Desde que llegó a Bolivia el miércoles, la visita se realizó entre momentos y discursos de significación evangélica, pero también política, algunas inesperadas para él.

Por ejemplo, el pontífice pronunció la noche del jueves el discurso más extenso hasta ahora de su gira por Suramérica durante el II Encuentro Mundial de Movimientos Populares, al que asistieron organizaciones sociales y sindicales de varios países.

Allí el papa pidió «humildemente perdón», «no sólo por las ofensas de la propia Iglesia sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América».

Ante esas organizaciones y junto a Morales, Francisco también dedicó palabras a la necesidad de un cambio del sistema actual.

«Queremos un cambio, un cambio real, un cambio de estructuras. Este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los pueblos», sentenció en un discurso de 55 minutos.

En otro discurso, Francisco emplazó a usar un diálogo «franco y abierto» para «evitar conflictos con los países hermanos», y citó el reclamo boliviano de salida al mar a Chile.

«Estoy pensando en el mar. Diálogo, diálogo», dijo el papa en un discurso, que fue celebrado tanto por el Gobierno de Morales, como por la oposición de Bolivia, como un apoyo a la demanda boliviana, que está radicada en la Corte Internacional de Justicia de La Haya.

Precisamente hoy, el canciller chileno, Heraldo Muñoz, dijo que su país está dispuesto a restablecer de inmediato las relaciones diplomáticas con Bolivia, pese a esa demanda, y a tener un dialogo «sin condiciones».

Su homólogo boliviano, David Choquehuanca, replicó que su país también está dispuesto a esa reanudación, si eso resuelve la centenaria reclamación boliviana de acceso soberano al mar.

Los dos países no tienen relaciones diplomáticas desde 1962, salvo un paréntesis de 1975 a 1978.

También tuvo significación política y levantó polémicas, el crucifijo formado con una hoz y un martillo, que Morales regaló al sumo pontífice durante la visita de cortesía al Palacio.

La pieza, bautizada por los medios como el «crucifijo comunista», fue originalmente diseñada por el jesuita español Luis Espinal, que fue asesinado en La Paz por paramilitares en 1980.

Aunque a la oposición boliviana le pareció inoportuno y ofensivo el regalo a Francisco, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, explicó en Bolivia que el papa «no tuvo una particular reacción negativa» frente al obsequio del mandatario.

Otro episodio de connotación política, aunque anecdótico, ocurrió cuando Morales colgó en el cuello del papa una «chuspa» el mismo día en que llegó a la ciudad de El Alto.

La «chuspa» es una bolsa artesanal usada para llevar hojas de coca, pero se desconoce si Francisco las mascó para mitigar los efectos de la altitud.

Morales logró en 2013 que Naciones Unidas reconozca el hábito indígena de mascar la hoja y su objetivo es que se despenalice el comercio internacional de la planta, hoy vetado porque posee alcaloides que al mezclarse con químicos producen cocaína.

La hoja está protegida por la Constitución de Bolivia y es considerada como patrimonio cultural, recurso natural renovable de la biodiversidad de Bolivia, y como factor de cohesión social.

Tras despedir a Francisco, Morales declaró hoy escuetamente que fue interesante escuchar al papa porque hay «excelentes coincidencias» sobre varios temas y programas sociales. EFE [I]

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