La coalición internacional liderada por Estados Unidos intensificó en las últimas horas los ataques contra el Estado Islámico (EI) en Ramadi (Irak) en apoyo de las Fuerzas Armadas iraquíes sobre el terreno.
Según informó hoy el Pentágono, los aviones de la coalición realizaron un total de 29 ataques aéreos contra 67 objetivos de los yihadistas del EI durante el domingo, con el objetivo de permitir el avance sobre la capital de la provincia de Al Anbar.
El aumento de los ataques en la capital de la importante provincia suní, tomada por el EI en mayo, se da al tiempo que las fuerzas de seguridad iraquíes y milicias aliadas al Gobierno de Bagdad comienzan una nueva ofensiva hacia la ciudad.
El presidente estadounidense, Barack Obama, dijo la semana pasada que Estados Unidos intensificará sus ataques aéreos y entrenamiento de las fuerzas iraquíes y kurdas para conseguir poner en retirada al EI, que sigue controlando una amplia extensión de territorio que va desde las afueras de Aleppo (Siria) hasta el oeste de Bagdad.
Además, los cazas de la coalición bombardearon otras dos zonas de la provincia de Al Abar, así como Sinyar, Tal Afar y Majkmur en la provincia de Nínive y Al Huwaijah, en Kirkuk.
En Siria, los ataques se centraron en los alrededores de Hasakah, una zona que se disputan el régimen sirio de Bachar al Asad, las fuerzas kurdas y los yihadistas del EI y donde las fuerzas de la coalición realizaron siete ataques.
Además, los aviones de la coalición liderados por Estados Unidos bombardearon Al Raqqa, capital y fortín del EI, así como Kobani, una zona cerca de la frontera con Turquía que los yihadistas se resisten a abandonar ante el avance de los kurdos, que han conseguido expulsarlos de puntos estratégicos.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en el Reino Unido, en esta última oleada de ataques murieron dos líderes del EI: Abu Osama al Iraqi y Amer al Rafdan.
Estados Unidos ha desplegado en el último año a más de 3.500 asesores militares para entrenar y asesorar a las fuerzas iraquíes fieles al Gobierno chiíta del primer ministro Haider al Abadi. EFE (I)