Tsipras se niega a renunciar pese a rebelión en su partido contra el acuerdo con Europa

En esta fotografía divulgada por la oficina del primer ministro griego Alexis Tsipras el martes 14 de julio de 2015, éste, derecha, habla con los periodistas Panos Haritos y Antonis Alafogiorgos durante una entrevista con la televisora estatal ERT desde su oficina en la Mansión Maximos en Atenas. Tsipras dice que no renunciará a pesar de que está siendo presionado para que imponga más medidas de austeridad en Grecia. Enfrenta creciente disidencia en su Partido Syriza, de izquierda, luego de romper las promesas de la campaña electoral con el fin de alcanzar un acuerdo para que el país reciba un tercer rescate financiero. (Andrea Bonetti/Oficina del primer ministro griego vía AP)

Atenas (AP) — El gobierno izquierdista de Grecia lanzó un esfuerzo frenético de 24 horas el martes para sacar adelante más medidas de austeridad en el Parlamento y cumplir las exigencias de los acreedores europeos mientras enfrenta creciente oposición en el país.

Las medidas de austeridad, que incluyen recortes a las pensiones y mayores impuestos a todo, desde los condones hasta las carreras de caballos, fueron pactadas con líderes de la eurozona para evitar que la economía griega se viniera abajo y pudiera recibir un tercer rescate por 85.000 millones de euros (93 millones de dólares).

Esto significa que los griegos, de por sí castigados por la recesión, tendrán que pagar más por todo lo que compren a partir del fin de semana.

Los políticos de línea dura en el Partido Syriza del primer ministro Alexis Tsipras están en una rebelión abierta, y los sindicatos y asociaciones comerciales que representan a empleados del gobierno, dueños de farmacias y otros han exhortado a irse a la huelga o las han extendido para que coincidan con una votación del miércoles en el Parlamento.

Panagiotis Lafazanis, ministro de Energía y uno de los miembros de línea dura en Syriza, dijo que Alemania, el principal acreedor de la eurozona, y sus aliados actúan como «asesinos financieros» al obligar a Atenas a aceptar el acuerdo, y exigió al primer ministro que lo rechace.

«El acuerdo es inaceptable», afirmó Lafazanis en un comunicado. «Es posible que el Parlamento lo apruebe, pero el pueblo nunca lo aceptará y estará unido contra él».

En una entrevista en la televisión estatal, Tsipras dijo que no renunciará, a pesar de la evidente disidencia dentro de su propio gabinete y partido.

«No huiré de mis responsabilidades», manifestó.

Criticó también el acuerdo, pero dijo que fue lo mejor que Grecia pudo obtener.

«Las políticas que nos impusieron fueron irracionales», denunció Tsipras. «Enfrentamos una posición dura y punitiva de parte de nuestros socios», agregó, pero el acuerdo «ofrece una forma de salir de la crisis».

Partidos opositores simpatizantes de la Unión Europea han prometido respaldar las propuestas de ley del rescate, pero Tsipras podría perder su mayoría en el Parlamento, lo que debilitaría su capacidad de impulsar medidas a las que él se había opuesto vehementemente hasta hace unas semanas.

Panos Kammenos, ministro de Defensa y miembro de la coalición en el gobierno, también se opuso firmemente al nuevo acuerdo.

«Hubo un golpe de Estado. Un golpe en el corazón de Europa», dijo Kammenos, líder del partido de derecha Griegos Independientes.

El gobierno tiene 162 de los 300 escaños del parlamento, y más de 30 legisladores de Syriza han manifestado sus objeciones públicamente.

Ha habido especulaciones de que Tsipras podría elegir reorganizar su gabinete, con lo cual retiraría a los disidentes de los puestos clave.

Tras meses de negociaciones, Atenas se vio obligada a aceptar duras condiciones para poder permanecer en la eurozona, después de que no pudo pagar sus deudas al Fondo Monetario Internacional y de que sus bancos cerraran para evitar la fuga de capitales.

El FMI dijo el martes que las finanzas de Grecia están aún peor de lo que se pensaba. El organismo indicó que la deuda griega alcanzaría en los próximos dos años el equivalente a 200% de la producción económica del país, luego de que anteriormente había dicho que la carga de la deuda alcanzaría su nivel máximo el año pasado en 177%.

Ahora el FMI dice que Grecia necesita más alivio de su deuda y 85.000 millones de euros en nuevo financiamiento (un incremento de un cálculo anterior de unos 60.000 millones de euros) hasta 2018.

El FMI indicó que «ahora la deuda de Grecia sólo puede hacerse sustentable a través de medidas de alivio deudor que van mucho más allá de lo que Europa ha estado dispuesta a considerar hasta ahora».

Grecia enfrenta el lunes un pago de deuda por 4.200 millones de euros (4.600 millones de dólares) al Banco Central Europeo. También está retrasada en el pago de 2.000 millones de euros al FMI.

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Por DEREK GATOPOULOS y ELENA BECATOROS, Associated Press. Pan Pylas en Bruselas, Anna Psaroudaki en Atenas y Paul Wiseman y Martin Crutsinger en Washington contribuyeron a este despacho.

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