El grupo guerrillero FARC perpetró 64 ataques con consecuencias para la población civil desde el pasado 22 de mayo, fecha en la que suspendió el alto el fuego unilateral declarado en diciembre, informó hoy la Defensoría del Pueblo de Colombia.
Más de 20 de estos ataques se produjeron en hostigamientos contra la fuerza pública, en algunos de los cuales fueron usados explosivos, según un comunicado de la Defensoría.
La infraestructura petrolera y eléctrica ha sido otro de los objetivos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en estos casi dos meses de atentados que han afectado con especial intensidad a poblaciones del sur y suroeste del país.
La Defensoría detalla que las FARC cometieron hasta una decena de atentados en los que dinamitaron torres y postes de energía eléctrica que dejaron sin servicio a poblaciones de departamentos como Cauca, Valle del Cauca, Huila, Nariño, Caquetá y Norte de Santander, este último en el noreste.
Uno de los más graves tuvo lugar el 31 de mayo en Buenaventura, en el Valle del Cauca (suroeste), donde guerrilleros del frente 30 de las Farc volaron una torre que dejó sin luz a los más de 400.000 habitantes de esa ciudad, el puerto más importante de Colombia sobre el océano Pacífico.
El medioambiente se ha convertido en otra víctima más del conflicto armado que se prolonga por más de 50 años en el país.
El oleoducto Transandino, en el suroeste, ha sufrido ataques de la guerrilla en numerosas ocasiones mientras bombeaba crudo, lo que ha provocado «un daño ambiental de grandes proporciones», aseguró la Defensoría.
La ciudad de Tumaco, en Nariño (suroeste), cerca de la frontera con Ecuador, estuvo veinte días sin suministro de agua por la contaminación de sus ríos Guisa y Mira, luego de un atentado de las FARC contra el oleoducto Transandino que derramó 410.000 galones de crudo (unos 1,5 millones de litros) el 21 de junio.
Precisamente hoy, el Transandino fue objeto de un nuevo atentado perpetrado por miembros del frente 48 de las FARC a la altura del caserío de San Juan (Nariño), que causó daños al sistema hídrico, informó el Ejército colombiano.
Antes, este frente, uno de los más activos en este periodo, interceptó 23 camiones cisterna cargados con crudo y derramó más de 200.000 galones en cercanías de Puerto Asís, departamento de Putumayo (sur), lo que también ocasionó graves daños medioambientales.
Las carreteras, en especial la Vía Panamericana, que cruza el continente, también se han convertido en blanco de los ataques de las FARC con explosiones que han causado daños materiales y cortes parciales de tráfico.
La guerrilla, que negocia un acuerdo de paz con el Gobierno, anunció que el próximo 20 de julio iniciará un nuevo alto el fuego unilateral, que inicialmente sería de un mes pero que, según precisó el miércoles el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, será de cuatro meses. EFE [I]