Alcides Ghiggia, el autor del gol del siglo, en el Maracanazo, ha muerto

El delantero uruguayo Alcides Edgardo Ghiggia anota el ahora llamado “gol del siglo” ante la selección de Brasil durante la final de la Copa del Mundo en el estadio Maracaná de Río de Janeiro, Brasil, el 16 de julio de 1950. Uruguay venció a Brasil 2-1 para coronarse en el Mundial de 1950. Ghiggia murió el jueves 16 de julio de 2015, según confirmó Alejandro Balbi, secretario general de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF). Tenía 88 años. (Foto AP,archivo)

MONTEVIDEO, Uruguay (AP) — Alcides Ghiggia, el delantero uruguayo de la nariz prominente que enmudeció a millones de brasileños al arrebatarles el campeonato mundial de 1950 en Río de Janeiro, murió el jueves, según confirmó Alejandro Balbi, secretario general de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF). Tenía 88 años.

Considerado una leyenda del fútbol universal, Ghiggia era el último sobreviviente de ese equipo que protagonizó uno de los mayores impactos en la historia de los mundiales.

Fue autor del llamado «gol del siglo», el tanto con que la «Celeste» venció 2-1 a Brasil en la final de la Copa del Mundo de 1950 en el estadio Maracaná, por lo que esa gesta, una de las más sorpresivas en la historia del balompié mundial, es recordada como el «Maracanazo«. Un empate 1-1 hubiera hecho campeón a Brasil.

Ghiggia falleció «de un ataque al corazón», informó su hijo Arcadio al diario uruguayo El Observador. El ex delantero murió justo en el aniversario número 65 del «Maracanazo».

Estos últimos días «se había sentido mal, algunos dolorcitos, y hoy (jueves) lo trajeron para acá porque tenía dolor de espalda, y prefirieron dejarlo internado para hacerle unos análisis», contó Arcadio Ghiggia en la entrada de Médica Uruguaya, institución médica de Montevideo donde falleció el ex jugador, al canal 10 local.

Ghiggia murió mientras veía un partido de fútbol por televisión en el centro hospitalario en el que había sido hoy internado por dolor de espalda, explicó su hijo Arcadio Ghiggia.

«Estábamos viendo la repetición de la Libertadores (Copa) de Inter contra Tigres y en un momento determinado tenía ganas de vomitar. (…) Después tenía un poco de dolor de espalda, lo inclinamos y cuando volvió de vuelta para atrás en la cama tuvo un vahído y le dio un paro cardiaco», dijo el hijo a Canal 12.

En declaraciones hechas a Canal 12, el presidente uruguayo Tabaré Vázquez lamentó el deceso del ex futbolista.

«Mis condolencias a todo el pueblo uruguayo y a la familia de Ghiggia… un icono del Uruguay de todos los tiempos», comentó el mandatario. «Estamos en una fecha en que tendríamos que estar festejando, (pero) se cambia el festejo por el dolor».

A cada paso que daba, el ídolo uruguayo no podía despegarse de ese recuerdo, de ese gol que silenció a un país entero que sólo se había preparado para la felicidad.

«Fue un acontecimiento muy lindo, que me llena de orgullo. Es algo inolvidable», dijo Ghiggia en diciembre de 2006, cuando fue homenajeado por el Parlamento uruguayo al cumplir 80 años. «Lo más grande de mi vida fue Maracaná».

Ghiggia anotó el gol del triunfo uruguayo faltando 10 minutos para terminar el encuentro y cuando los 200.000 enfervorizados brasileños se preparaban en el Maracaná para celebrar el primer campeonato de su selección de fútbol, y en todo Brasil la gente ya había salido a las calles a festejar anticipadamente el triunfo.

La victoria de Uruguay provocó un silencio sepulcral en el Maracaná.

Ghiggia llegó a decir que sólo tres personas en la historia habían sido capaces de acallar el estadio: «el Papa, Frank Sinatra y yo».

Fue la segunda Copa Mundial ganada por Uruguay — la primera tras vencer a la Argentina 4-2 en Montevideo en 1930, cuando comenzaron a disputarse los torneos mundiales de fútbol.

Pero el «Maracanazo» es el que más hondo caló en Uruguay.

«Ellos se asustaron y se quedaron. Nosotros apretamos. Hice un pase que me devolvió Julio Pérez y me fui derecho al arco con poco ángulo. Cuando un defensa me salía a cruzar, Barbosa se abría para cortar el centro. Tiré al arco y el balón entró. Barbosa hizo la lógica y yo la ilógica», relató Ghiggia para describir su histórico gol.

Juan Alberto «Pepe» Schiaffino, jugador y estratega del equipo «Celeste», había empatado 1-1 al empalmar un centro hacia atrás de Ghiggia.

Nacido el 22 de diciembre de 1926, Ghiggia se destacó rápidamente como extremo derecho, una posición en la que superaba a los defensas con su velocidad. Antes de la final de 1950, el director técnico uruguayo Julio López pidió a sus dirigidos que trataran de habilitar lo más posible a Ghiggia.

«Cuando se previeron los movimientos colectivos, hubo acuerdo en que el partido estaba por la derecha, ahí recaería el juego. (Ghiggia) se hallaba en su esplendor físico y técnico y era sabido por todos que no temía a Dios ni al diablo», escribió el periodista Franklin Morales en su libro «Los laberintos del carácter», una historia de lo ocurrido en Maracaná.

Ghiggia había iniciado su fulgurante carrera en Peñarol, donde formó parte de una «máquina del 49», un equipo que ese año se consagró campeón uruguayo invicto gracias a una poderosa delantera integrada por Ghiggia, Juan E. Hohberg, Oscar Miguez, Ernesto Vidal y Schiaffino, todavía hoy recordada. Con ese famoso club uruguayo también ganó el torneo de 1951.

Convertido en héroe nacional tras el «Maracanazo», Ghiggia partió a Italia para fichar con la Roma, donde jugó entre 1953 y 1962, equipo con el que ganó la Copa de Ferias en 1961. Luego jugó la temporada 1962-63 con el Milan, con el que ganó la Copa de Europa, y gracias a sus orígenes italianos vistió la «Azzurra» en las eliminatorias para el Mundial de 1958.

Ghiggia terminó su carrera en los clubes Danubio y Sud América luego de retornar a Uruguay. Se retiró en 1968, una semana antes de cumplir 42 años.

Aunque es una de las máximas glorias del fútbol uruguayo, Ghiggia disputó apenas una docena de partidos oficiales con la selección celeste, con la que metió cuatro goles, todos en esa Copa del Mundo en Brasil, en la que anotó en todos los partidos que jugó.

Una de sus últimas grandes emociones fue en 2006 durante el Mundial de Alemania cuando la FIFA invitó a ex campeones mundiales a desfilar. Allí, visiblemente emocionado, Ghiggia recibió una de las grandes ovaciones.

En diciembre de 2009, Ghiggia fue inmortalizado en la «calzada de la fama» del Maracaná. Puso sus pies sobre un molde para ocupar un lugar entre figuras como Pelé, Franz Beckenbauer y Mario Zagallo.

En septiembre de 2010 fue una de las voces en un vídeo en televisión que formaba parte de una campaña de socios para Peñarol, su cuna en el fútbol.

Ghiggia no dudó en criticar al nuevo ídolo Luis Suárez cuando en el Mundial de Brasil de 2014 mordió al italiano Giorgio Chiellini y se ganó una suspensión que menguó las posibilidades de Uruguay de conseguir otro Maracanazo.

«No se pueden hacer esas cosas en una cancha de fútbol. No sé qué pasará por la cabeza de este muchacho», dijo entonces Ghiggia a The Associated Press.

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El periodista Pablo Fernández colaboró con este despacho.

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