«Jamie, come back», el grito en el Festival de Jazz de San Sebastián

SAN SEBASTIÁN, 24/07/2015.- El artista británico Jamie Cullum (i) durante su actuación esta noche en la plaza de la Trinidad de la capital donostiarra, en el marco del 50 Festival de Jazz de San Sebastián. EFE/Juan Herrero

San Sebastián, (EFE).- Jamie Cullum se ha garantizado con su triple presencia en el 50 Festival de Jazz de San Sebastián que vuelva a ser bienvenido en futuras ediciones. Ha arrasado en la plaza de la Trinidad, en el día en que Benny Golson ha regalado al público sus pequeñas historias de los más grandes del jazz.

Tras su estreno como DJ el miércoles y su experiencia en solitario el jueves en el Kursaal, lo de Cullum esta noche en la Trini ha entrado casi en el terreno de lo convencional, pero haciendo lo mismo que en sus dos anteriores visitas al Jazzaldia: un conciertazo.

El músico británico comentaba esta mañana que hay cantantes y pianista mejores que él, que su talento se apoya, además de en el trabajo, en saber comunicar.

Vaya que lo domina, se ha ganado al público desde el minuto cero con un «Singing in The Rain» al que ha pegado el «My umbrella» de Rihanna para conjurar la lluvia por la que ha pedido disculpas, convencido que es él que se la ha traído de Londres.

La audiencia donostiarra arregla estas situaciones con los socorridos chubasqueros que reparte la organización y, si el aguacero no es de escándalo, allí disfruta todo el mundo, como lo ha hecho con un Cullum que ha intercalado temas de su último disco, «Interlude», con los más conocidos de sus otros trabajos.

«The Same Things» ha sido el primero de ellos y lo ha cantado sobre una plataforma situada junto al escenario, a menor altura, mientras decenas de móviles captaban el momento.

Con la siguiente, «Get Your Way», ya se había subido al piano. Era el principio de ese no parar al que tiene habituados a sus seguidores, a quienes ha ofrecido un «Sack O’Woe» bien distinto al que cantó Van Morrison en 1999 en este mismo escenario.

Cullum tiene el respaldo de su capacidad para conectar con el público, pero esta noche también de una estupenda banda con unos fantásticos instrumentistas de viento, cómplices del juego del enérgico «showman», que ha cantado «Don’t You Now» entre el público, que ha practicado percusión con el piano y que ha tenido a todos coreando un buen rato «Save Your Soul» para alargar la despedida.

Ha vuelto dos veces, ha cerrado con «Gran Torino» y ha dado las gracias de varias maneras a esta ciudad en la que ha «vivido» los últimos tres días.

El Jazzaldia ha recibido en su historia de medio siglo a la práctica totalidad de las leyendas del jazz, a músicos de unos años dorados que poco a poco han ido desapareciendo.

El saxofonista Benny Golson, que este sábado recibirá el premio del Festival, es uno de los testigos de esa época, autor además de algunos de los grandísimos estándar del jazz.

Ya sin el vigor de otros tiempos, este músico de 86 años ha interpretado en el auditorio del Kursaal un puñado de esos temas sublimes y ha contado a la audiencia las historias que se esconden tras ellos.

«Whisper not» ha sonado deliciosa, más después de saber que la compuso en 20 minutos y que pensó que no valía la pena porque era imposible crear nada aceptable en tan poco tiempo, hasta que la oyó Dizzy Gillespie y dijo que había que grabarla.

Qué gracia tiene Golson relatando la génesis de sus canciones, como «Killer Joe», trabajosamente escrita después de ver, durante sus visitas a ciudades como Chicago, Miami y Los Ángeles, que había chicos que no trabajaban y, pese a ello, lucían buena ropas, zapatos caros y algunos hasta llevaban pulidas las uñas.

Los recuerdos de su pasado están ligados a nombres como los Paul Chambers, Sonny Rollins y John Coltrane -como él de Filadelfia-, quien un día le pidió una canción para tocar con Miles Davis, que resultó ser nada más y nada menos que «Stablemates».

También ha hablado de Clifford Brown, el trompetista fallecido en accidente de tráfico en 1956, «buen amigo y compañero» al que todavía echa de menos y a quien ha dedicado el famoso «I Remember Clifford».

Golson habrá contado estas historias cientos de veces. Para casi todos en San Sebastián, era la primera. Ha sido una cita entrañable con alguien que es historia viva del jazz y que se sentía feliz con los músicos que el Heineken Jazzaldia había reunido para tocar con él. Formidables los tres: Joan Monne al piano, Ignasi González al contrabajo y Jo Krause a la batería.

Les ha dejado solos con el estándar «All The Things You Are». «Para que vean lo buenos que son», ha dicho. EFE

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