Nebot llama a los guayaquileños «a sus puestos de lucha»

El alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, ha llamado a los guayaquileños «a sus puestos de lucha» para defender la democracia y las libertades, según dijo en el discurso que dio durante la Sesión Solemne por los 480 años de la fundación de Guayaquil, en la Plaza de la Integración.

Nebot dijo que la libertad y el progreso de Guayaquil y del Ecuador «están en serio peligro» por la actitud «totalitaria y sectaria» del Gobierno del presidente Rafael Correa. «Es claro lo que quieren: una ideología oficial, un solo partido predominante, control de los medios de información, monopolio de los instrumentos del temor ciudadano y, sobre todo, la destrucción de la familia como núcleo de prosperidad«, expresó el alcalde.

Nebot dijo que hasta hace 61 días, el presidente Rafael Correa confrontaba y rechazaba el consenso para que se aprobaran los discutidos proyectos de ley de impuestos a la Herencia y Plusvalía. «Hoy, asustado, propone el diálogo, como vía para llegar a consensos». Preguntó advirtió que el llamado al diálogo es  un engaño. «Es otra mentira, otro engaño nada más. El supuesto diálogo es excluyente; es con los que ellos quieren; no busca la verdad, quieren imponer su verdad».

Los comunicadores sociales, dijo, fueron al diálogo, «resultado: les clavaron la ley mordaza. Los maestros fueron al diálogo, resultado: se les cogieron los fondos. Los jubilados fueron al diálogo, resultado: les quitaron el 40% de aporte estatal a sus pensiones, que están en riesgo. Los empresarios fueron al diálogo, resultado: las salvaguardias que han encarecido la vida de los ecuatorianos. ¿Conoce alguien un sector, uno solo, que haya sacado algo positivo de los llamados diálogos con el Gobierno?», preguntó.

Nebot dijo también que «la pobreza no se vence con odio ni con lucha de clases, sino con trabajo». «Aquí queremos una democracia de propietarios, no una república de mendigos y fracasados». Pero advirtió lo que describió como consecuencia del gobierno.»Han acabado con la confianza en el Ecuador. Apagaron el motor del desarrollo y echaron la llave«. «Nadie quiere invertir. Más allá del paro convocado para el 13 de agosto, la paralización es general, es colectiva. No hay crédito, no hay liquidez. Sin entrar en terrenos irresponsables, déjenme decirles: ¡hay una peligrosa iliquidez! La industria de la construcción, la que más empleo genera en el Ecuador, está paralizada. ¿Quién quiere invertir, quién quiere comprar, para que en vida, o después de muerto, ese Estado arranchador se le lleve parte de lo que ha generado. Y como consecuencia de todo ello, despidos por doquier, unos más otros menos», dijo.

«Les vamos a exigir que respeten la libertad para que nos expresemos y emprendamos como queremos y debemos. Les vamos a exigir que respeten la democracia y consulten al pueblo en temas de importancia local o nacional. La voluntad del presidente o de los legisladores de mayoría no puede convertirse en Constitución, nadie ha autorizada tamaña lesiva transferencia de poder. Tenemos que exigirles que no nos impongan tributos arbitrarios ni ideologías fracasadas. A luchar hasta que el Gobierno rectifique o hasta que el pueblo triunfe (…) Que con la familia y la Patria no juegue nadie. ¡Viva Guayaquil, bastión de la libertad y el progreso en el Ecuador», finalizó (I)

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