Articulista Mónica Mancero dice que El Telégrafo no publicó su artículo sobre Yachay

Foto del artículo de Mónica Mancero publicado por Gkillcity.

Quito.- La columnista de opinión Mónica Mancero ha declarado hoy, en una publicación del sitio Gkillcity, que el diario público El Telégrafo no publicó su columna de los días lunes, que en esta ocasión se titulaba «Yachay, la punta del iceberg».

Mancero ha indicado que a raíz de las críticas que ella ha emitido públicamente a las reducciones que el periódico público hacía de sus columnas, el director de ese medio, Orlando Pérez, le expresó su molestia porque, según el relato de Mancero, a Pérez le parecía que esas «quejas» hacen daño al diario.

La columnista asegura que ha intentado comunicarse con el director Orlando Pérez, pero que sin embargo, no lo ha logrado. En todo caso el corrector del diario le confirmó la decisión de que su artículo no sea publicado. El mismo lunes, el artículo ha sido publicado por el sitio Gkillcity.

Pérez ha respondido el martes con una columna en El Telégrafo, en el que argumenta: «1.- No se publicó el artículo referido a Yachay (el cual ni siquiera hizo llegar al editor de turno ni al director, como suele ser la norma, sino al ‘corrector’ como ella califica al diseñador de las páginas de editoriales) porque le había pedido vía correo electrónico una explicación de por qué dirimía en las redes sociales aspectos de estricto orden institucional jamás tratados con los directivos del diario en un claro afán de protagonismo virtual. Y en ese mismo correo le había pedido que mientras no nos hiciera formal y públicamente una explicación no tendría sentido seguir publicando sus artículos si sentía que se los había mutilado o maltratado, a pesar de la baja calidad de la redacción de algunos de ellos.»

En otra parte de su editorial, Pérez también señala que Mancero es una «ex funcionaria del actual gobierno» que «ha producido materiales y argumentos políticos para las instituciones para las que ella trabajó en calidad de asesora, que llevan su nombre y apellido, de los cuales ahora no se hace responsable quizá porque cobró por ellos pero no asume como de su creación intelectual sino por encargo político.» (I)

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