Nueva York, 20 ago (EFE).- La bolsa de Nueva York entró hoy en un bucle de pesimismo que se saldó con una caída del 2,06 % para el Dow Jones, que vivió su peor jornada en lo que va de año, perdió la barrera de los 17.000 puntos y arreció unas pérdidas que suman ya tres días consecutivos.
La preocupación sigue siendo la misma: que la economía mundial entre en una nueva recesión. Estados Unidos no es el epicentro del sismo pero, inevitablemente, sufre las consecuencias del temblor.
China, gigante que ya ha conseguido compartir con Estados Unidos la hegemonía económica mundial, prosigue su crisis con una gran caída en las bolsas y depreciaciones de moneda. El efecto contagio es inevitable.
Y Europa vuelve a tener en Grecia una amenaza para su estabilidad: hoy el presidente heleno, Alexis Tsipras, anunció su dimisión y convocó elecciones anticipadas, poco después de que sucediera el tercer rescate económico al país y con su partido totalmente dividido por las excesivas concesiones a la Troika.
Esto se suma a que se siguen digiriendo una nueva hornada de titubeos de la Reserva Federal de Estados Unidos para zanjar las políticas de estímulo residuales de la crisis financiera de 2008, en concreto la descongelación de los tipos de interés. ¿Acabarán conociendo esos tipos entre 0 y 0,25 % una segunda crisis global en este 2015? Esa es la pregunta del millón.
En cualquier caso, en Wall Street miran ya casi como un punto en el horizonte aquellos récords que acariciaban no hace tanto. No solo el Dow Jones se dio el batacazo.
El Nasdaq vivió también una jornada trágica y no solo perdió la barrera de los 5.000 puntos, sino que la pasó a toda velocidad y cerró en los 4.877,49 enteros, tras perder en una sola sesión 141,56 puntos. Es raro que en este índice las fluctuaciones se pasen a las tres cifras.
Mientras, el S&P 500 fue el único que pudo mantener su barrera psicológica, pues no llegó a perder las 2.000 unidades, si bien cayó un 2,11 %.
Nueva York no fue la única plaza afectada, por supuesto, pero llamó la atención el nivel de «empatía» con problemas económicos que lo colocan como daño colateral. Así, no distó mucho de las caídas de Milán (-un 2,60 %) y Fráncfort (-2,34 %), empató con París y fue más susceptible que Londres (-0,56 %), Madrid (-1,81 %) e incluso Hong Kong (-1,77 %). EFE