Venezuela, Perú, Colombia y Ecuador dan tres bienes al Patrimonio Inmaterial

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El cultivo y transformación de la curagua de Venezuela, la danza Wititi del valle peruano del Colca, y las músicas de marimba de Colombia y Ecuador fueron los bienes latinoamericanos inscritos ritos hoy en la Lista Representativa del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, que cuenta con 336 elementos.

Entre ellos figuran desde ayer las propuestas también relacionadas con el mundo hispano de las Fiestas de Fuego del Solsticio de Verano de los Pirineos, elaborada conjuntamente por Andorra, España y Francia; y el filete porteño de Buenos Aires, presentado por Argentina.

Reunido del 30 de noviembre al 4 de diciembre en Windhoek, el comité intergubernamental del Patrimonio Inmaterial examinó 40 candidaturas e inscribió 23 en su lista general -a la que finalmente optaron este año 35-, y cinco en la lista de bienes que requieren salvaguarda urgente.

Esta última sección, en la que ayer fue admitida la música del vallenato de la región del Magdalena Grande de Colombia, cuenta ahora con 43 elementos.

Otros bienes culturales que oficialmente desde ayer necesitan intervención urgente por su fragilidad o por estar en peligro de desaparición son la fabricación tradicional de cencerros de Portugal; la tradición oral de Koogere en Uganda; y el canto masculino a dos voces del bajo polog, de Macedonia.

Alrededor de una veintena de propuestas llegaron este año a Namibia con el apoyo para su inscripción del órgano evaluador, cuya recomendación no siempre sigue el comité en sus decisiones.

Prescindió de ella, por ejemplo, para inscribir como nuevos elementos particularmente frágiles el vallenato colombiano y el ritual para amansar a las camellas de Mongolia.

En cambio, si lo tuvo en cuenta para no incluir, de momento, en la Lista Representativa la candidatura de República Dominicana «el Son», música y danza caribeña, que combina ritmos africanos y elementos musicales españoles.

El comité inscribió también hoy la artesanía del mármol tiniota de Grecia; las danzas de muchachos de Rumanía; las tradicionales de Bali; la artesanía del cobre de Lahij, de Azerbaiyán; la Surova búlgara, fiesta popular de la región de Pernik; y los ritos y juegos del tiro de cuerda de Camboya, Filipinas, Corea del sur y Vietnam.

La lista incluye la preparación tradicional del kimchi de Corea; la fiesta Fichee-Chambalaalla de celebración del Año Nuevo del pueblo sidama en Etiopía; la epopeya de Görogly de Turkmenistán; el arte de la improvisación de Kazajistán y Kirguizistán, «el aitys»; la cultura de la gaita en Eslovaquia; y la fiesta Oshituthi shomagongo de los frutos del marula de Namibia.

Arabia Saudí introdujo en el patrimonio inmaterial representativo el Alardah Alnajdiyah, espectáculo de danzas, músicas de tambores y poemas cantados, y los Emiratos Árabes Unidos, junto con Omán, el arte escénico tradicional Al-Razfa.

También los Emiratos, esta vez junto con Arabia Saudita, Omán y Qatar, inscribió dos elementos nuevos «el café árabe, un símbolo de generosidad»; y «el majlis, un espacio cultural y social».

La Unesco recordó que la Lista Representativa está compuesta por expresiones que demuestran la diversidad del Patrimonio Cultural Inmaterial existente en el mundo.

Indicó, asimismo, que durante su décima reunión, el comité intergubernamental examinará el conjunto de 12 principios éticos que deben tenerse en consideración para la salvaguardia del patrimonio inmaterial y para prevenir toda forma de tergiversación moral, jurídica o comercial.

Destacan entre otros principios fundamentales la importancia del «consentimiento libre, previo e informado» de las comunidades locales, el respeto de los derechos de las personas implicadas a participar de manera plena y equitativa, y el papel crucial que deben desempeñar las comunidades en el mantenimiento y gestión de su patrimonio. EFE (I)

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