«Ninguna historia buena» pueden contar los cubanos varados en Centroamérica

«Cada uno acá tiene una historia para contar de lo que le ha pasado en el camino, ninguna buena», dice uno de los más de 2.000 cubanos que están varados en la frontera entre Panamá y Costa Rica cuando se cumple hoy un año del deshielo entre Cuba y Estados Unidos.

Miles de isleños que iniciaron hace meses un tortuoso viaje por tierra y mar hacia Estados Unidos se encuentran varados ahora en Panamá y Costa Rica por la decisión del Gobierno de Nicaragua de cerrarles la frontera el pasado 15 de noviembre, alegando riegos de seguridad y soberanía.

Aunque el tránsito de cubanos por el istmo se viene dando desde hace años, este 2015 se ha multiplicado.

Las autoridades de la región lo atribuyen al temor de que el histórico proceso de normalización de las relaciones entre EE.UU. y Cuba, anunciado hace hoy exactamente un año, acabe con la ley que permite a los cubanos que tocan suelo estadounidense quedarse legalmente.

Los datos oficiales de Costa Rica muestran el incremento: en 2013 el país registró la llegada de 2.549 cubanos por su frontera con Panamá, en 2014 fueron 5.144, y en 2015 la cifra va ya por unos 20.000.

Datos brindados hoy a Efe por la Dirección General de Migración y Extranjería de Costa Rica indican que desde el pasado 14 de noviembre ha otorgado visas de tránsito a 5.460 cubanos.

En la frontera con Panamá esperan el documento otros 2.144.

El canciller costarricense, Manuel González, ha dicho que en Cuba se ha dispersado un «rumor» de que con la nueva relación se eliminará la Ley de Ajuste Cubano y otras políticas migratorias que otorgan grandes beneficios a los cubanos que lleguen a EE.UU. de manera irregular.

«El destino de nosotros es Estados Unidos», país que «tiene una política que nos permite a los cubanos estar allá», dijo esta semana a Efe Ramón Orgelles, uno de los más de 2.000 cubanos que espera en la localidad panameña de Paso Canoas, fronteriza con Costa Rica, por una visa costarricense de tránsito.

La mayoría de estos migrantes viajó legalmente desde Cuba a Ecuador, que no exigía visa a los cubanos hasta el pasado día 1, cuando implantó ese requisito a pedido de los gobiernos centroamericanos.

Desde el país suramericano emprendieron el largo corrido hacia Estados Unidos.

Entre los miles de cubanos varados en Costa Rica y Panamá hay mujeres embarazadas, niños y profesionales de todo tipo, desde maestros hasta médicos e ingenieros.

«Ha sido una travesía llena de pena, de dolores, de tropiezos. Cada uno acá tiene una historia para contar (…) ninguna buena. Muchos fueron asaltados, estafados, robados, violados», aseguró Orgelles, oriundo del pueblo cubano de Baracoa, quien agradeció la solidaridad de Panamá y Costa Rica que les dan ayuda humanitaria.

Explica que salieron de la isla «por cuestiones políticas». A su juicio, el sistema socialista instaurado hace casi 60 años por la revolución comandada por Fidel Castro «no hay manera de que cambie».

«De Cuba todos nosotros hemos salido principalmente por el mismo sistema, que nos ahoga. No es mentira que tenemos educación y salud, pero hay muchas otras cosas, muchas otras oportunidades» a las que no se tiene acceso, dijo a Efe Marilyn Mondea Ramírez, de la provincia de Cienfuegos y quien también está en Paso Canoas.

En la panameña Paso Canoas se han habilitado al menos dos albergues para los cubanos. Semanas atrás las autoridades hablaron de la «urgencia sanitaria» que la llegada en oleada de los isleños generó en el pequeño Puerto Obaldía, en la frontera de Panamá con Colombia.

Costa Rica ha habilitado 26 albergues, la mayoría en comunidades cercanas a la frontera con Nicaragua, a cuyo gobierno ha acusado de «intransigente» por impedir el paso de los cubanos.

El Gobierno del presidente Luis Guillermo Solís se ha quejado además de lo que considera una falta de atención y de solidaridad por parte de los otros países centroamericanos en la crisis de los emigrantes cubanos.

Costa Rica pidió a Guatemala y Belice que faciliten el paso de los cubanos varados en su territorio, pero se han negado. EFE [I]

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