COLONIA, Alemania (AP) — Miembros de la nutrida comunidad musulmana de Colonia se han sumado al coro de condenas a una serie de agresiones contra mujeres en la víspera de Año Nuevo que ha sacudido la opinión pública en Alemania, pero algunos también expresaron temores de que el hecho de que se culpe a los musulmanes en general — e inmigrantes norafricanos en particular — es injusto porque la mayoría de los inmigrantes son respetuosos de la ley y los hechos de la noche en cuestión no están esclarecidos.
En Ehrenfeld, un barrio multiétnico donde las calles están llenas de coloridas tiendas turcas de comestibles y carnicerías halal, pocos pueden creer que quienes realizaron los ataques en medio de las muchedumbres que esperaban el Año Nuevo pudieran tener su misma religión.
La policía dijo el miércoles que 121 mujeres presentaron denuncias penales por robo y agresión sexual, incluidas dos acusaciones de violación. Dijeron que los atacantes formaban parte de un grupo de unos 1.000 hombres descritos como de «origen árabe o norafricano» que se congregaron frente a la principal estación de trenes en Colonia y la catedral gótica esa noche.
Aunque hay poca información concreta hasta ahora sobre quiénes cometieron las agresiones, el incidente ha atraído la atención hacia la posición de bienvenida proporcionada por la canciller Angela Merkel hacia quienes escapan de zonas de conflictos, y ha sido aprovechado por la ultraderecha alemana, que se opone a la mayor parte de las formas de inmigración.
«Es realmente triste lo sucedido», dijo una mujer que lucía un pañuelo de cabeza a a la usanza musulmana y que solamente se identificó como Ozap. Rechazó la insinuación de algunos políticos alemanes de que las actitudes musulmanas hacia las mujeres pudieran haber tenido algo que ver en los ataques.
«En todas partes se está diciendo que esto tiene que ver con musulmanes. Lo que he leído y aprendido en el Corán es completamente diferente. Yo he estado aquí 30 años y nunca he visto nada así», añadió.
Hassan Akdogdu, un empresario de 34 años y descendiente de inmigrantes turcos, concordó. Acusó a la policía de no hacer lo suficiente para prevenir los ataques.
«No tiene nada que ver con religión», dijo. «La falta de respeto a las mujeres no es un problema religioso, puedo decirlo como musulmán».
Las autoridades advirtieron que es importante no arrojar sospechas sobre los refugiados en general. Sin embargo, el ministro de Justicia, Heiko Maas, dijo en una entrevista publicada el jueves en el grupo de diarios Funke que «desde luego las deportaciones serían concebibles».
La ley permite la deportación de personas con procesos de asilo en curso si son condenadas a un año de cárcel o más, señaló.
«Los tribunales tendrán que decidir el nivel de las condenas, pero en principio esa pena es del todo posible en delitos sexuales», añadió.
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