Macri recibe a hijas de Nisman, a un año de su muerte

En esta imagen de archivo, tomada el 29 de mayo de 2013, Alberto Nisman, el fiscal encargado de investigar el ataque con bomba de 1994 a una mutual judía, habla con periodistas en Buenos Aires, Argentina. (Foto AP/Natacha Pisarenko, File)

BUENOS AIRES (AP) — El presidente de Argentina recibió el domingo a las hijas del fiscal Alberto Nisman, un día antes del aniversario de su muerte misteriosa, que aún se investiga.

Mauricio Macri recibió a Iara y Kala Nisman en su casa particular de «Los Abrojos» según un comunicado y material gráfico difundido por la Casa Rosada. Macri estuvo acompañado de su esposa, Juliana Awada, y la hija de ambos, Antonia.

Macri dijo a las hijas de Nisman que existe una «deuda pendiente» hacia la familia del fiscal, que apareció muerto en el cuarto de baño de su departamento del lujoso barrio de Puerto Madero, el 18 de enero de 2015, con un tiro en la cabeza, un día antes de que debiera presentarse ante el Congreso de la Nación.

El fiscal —que estaba a cargo de la investigación del atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires en 1994— había acusado cuatro días antes a la entonces presidenta Cristina Fernández y al canciller Héctor Timerman, entre otros, de haber encabezado un plan para encubrir a los iraníes acusados del ataque. Esta denuncia fue desestimada finalmente por la justicia federal.

La investigación sobre su muerte no esclarece todavía, casi un año después, si se trató de un suicidio voluntario o inducido o un homicidio.

Macri también manifestó a las hijas de Nisman el reconocimiento del Estado por el trabajo realizado por su padre en el esclarecimiento de los atentados que causaron la muerte de 85 personas y 300 heridos, días después de que el jefe de Estado ordenara la desclasificación de toda la información relacionada con la muerte del fiscal.

La medida, que trata de «ir a fondo» y avanzar en el esclarecimiento de la muerte misteriosa, comprende a la Agencia Federal de inteligencia, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, la Dirección Nacional de Migraciones, las Fuerzas Armadas y las Fuerzas de Seguridad, según el decreto.

Macri instruyó además que toda la información sea remitida a la jueza Fabiana Palmaghini, a cargo de la investigación de la muerte del fiscal y quien intenta determinar si el investigador se suicidó o fue asesinado, tal como creen su ex esposa, la jueza federal Sandra Arroyo, parte querellante en la causa, y varios allegados.

Iara, la hija mayor de Nisman, declaró el domingo en entrevista al diario Clarín que la muerte de su padre fue un «asesinato» provocado para «infundir miedo en la gente». Dijo esperar que «se pueda llegar a la verdad», tanto en el caso de su padre como en la investigación de la AMIA.

El asesinato de Nisman conmocionó como pocos casos a la polarizada sociedad argentina y la mantuvo en vilo durante meses, en los que aparecieron datos nuevos sobre la investigación, siempre confusos.

La ex esposa del fallecido fiscal ha declarado a la prensa sus sospechas de que fue un crimen sofisticado y apuntó a servicios de inteligencia extranjeros «con ayuda local», a la vez que siempre mantuvo una postura crítica con la fiscal del caso Viviana Fein, ahora destituida.

Además, la impecable imagen pública de Nisman comenzó a verse dañada cuando se implicó al fiscal, junto a su hermana, Sandra Nisman, y su madre, Sara Garfunkel en investigaciones por supuesto lavado de dinero en Estados Unidos.

El juez federal Rodolfo Canicoba Corral tomó declaración a Garfunkel y Sandra Nisman en el marco de una investigación que incluye movimientos sospechosos realizados en una cuenta bancaria del Merrill Lynch en Nueva York abierta en 2002, de la que Nisman era apoderado y en la cual figuraban como titulares sus familiares y el técnico informático Diego Lagomarsino, quien trabajaba para el investigador y que también fue interrogado sobre este hecho. En dicha cuenta se reportaron «movimientos dudosos, por al menos, 666.690 dólares» entre 2012 y 2014.

Lagomarsino, uno de los trabajadores de total confianza de Nisman, fue imputado en la causa por haber suministrado al fiscal el arma que lo mató, sin que por el momento haya sido involucrado de forma directa en su muerte. El técnico declaró que el fiscal le pidió el arma porque temía por su vida y la de sus dos hijas.

La expresidenta Fernández siempre negó las acusaciones de Nisman y opinó que detrás de la denuncia y de la muerte posterior estuvieron ex miembros del servicio secreto de Argentina desplazados por ella meses antes de los sucesos trágicos. Fernández apuntó directamente a Antonio «Jaime» Stiuso, del que dijo que proveía información falsa a Nisman y que estaría detrás de la muerte del investigador.

La jueza Palmaghini, quien a mediados de diciembre resolvió asumir el mando de la investigación de la muerte de Nisman en lugar de la cuestionada Fein que hasta entonces encabezaba la pesquisa, ha dispuesto nuevas medidas procesales, como citar nuevamente a declarar como testigo al ex espía Stiuso, considerado un hombre clave en el caso por la estrecha relación que mantenía con el investigador en el esclarecimiento del atentado a la AMIA. (I)

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