Jefferson Pérez: «Es triste lo de Rusia, siempre fue una carta fuerte»

El exatleta Jefferson Pérez, en posesión de las dos únicas medallas olímpicas de Ecuador (oro en Atlanta’96, plata en Pekín 2008), considera triste la situación de Rusia, inhabilitada para competir, «porque siempre fue una carta fuerte» y no concibe un gran evento de marcha sin los rusos.

«Es triste porque los rusos siempre han sido una carta fuerte. Yo no me imagino un Mundial de fútbol sin España, sin Brasil o sin Argentina. Unos Juegos sin el equipo ruso en marcha es frustrante porque lo bueno es que puedas ganar cuando están todos, pero es una píldora que a todos los rusos les llegó a contaminar», aseveró durante su visita a la sede madrileña de EFE.

La Federación Ecuatoriana de Atletismo y el Comité Olímpico nacional han pedido aclaraciones a las respectivas organizaciones internacionales sobre la medalla de oro de los 20 km marcha en los Juegos de Pekín 2008, donde Jefferson terminó segundo, por detrás del ruso Valery Borchin, varias veces suspendido por dopaje.

Pérez no entiende que Borchin estuviera suspendido en 2005 y luego desde 2009, y sin embargo conserve el oro de Pekín.

«De pronto aparece un positivo de Borchin en 2005. En el 2007 no logra terminar el Mundial, luego en 2008 campeón olímpico y desde el 2009 todos sus resultados anulados», señaló.

Con respecto a la situación de Rusia, inhabilitada por la IAAF para competir debido a los múltiples casos de corrupción y de dopaje en el país, Jefferson la considera triste y frustrante.

«Es triste para mí porque tuve la suerte de competir con gente que hizo grande al deporte ruso, como Markov o Schennikov, y de pronto hay un individuo que de manera egoísta creyó que podría engañar a la vida y generó unas sustancias que contaminó a algunos jóvenes entusiasmados con ser campeones olímpicos o del mundo y los beneficios económicos que generaban, así como su posición social», dijo en alusión al entrenador Viktor Chegin.

«(Los atletas rusos) Eran jóvenes y se dejaron llevar por esas propuestas y es triste porque a la larga no pierden sólo ellos, perdemos la marcha, los marchistas que nos hemos roto el lomo entrenando día a día en extremas condiciones, al extremo del esfuerzo, pero aspiramos a que con el nuevo presidente, Sebastian Coe, un exdeportista superlimpio y superpreparado, canalizar este gran cambio», aseguró.

Pérez tuvo palabras de admiración para Jesús Ángel García Bragado, que con 47 años competirá por séptima vez -récord mundial para un atleta- en unos Juegos Olímpicos.

«Cuando yo empecé a tener resultados en alto rendimiento Chuso ya era campeón del mundo. Cuando yo era júnior él ya estaba entre los mejores y cuando yo fui campeón olímpico y mundial él estaba ahí peleándose con los mejores. Luego yo me retiré y él sigue ahí. Chuso es increíble. Por algo le dicen «el hombre de mármol». Más allá de sus grandes resultados, es un ejemplo para todos. Para mí, Chuso se merecía ser el abanderado olímpico español porque no es un deportista de ahora, sino de la historia y nunca jamás se le ha acusado de nada, sólo de su carácter tenaz en competición».

Ocho años después de su retirada, Jefferson Pérez ha cambiado el asfalto por la construcción con las empresas Catovi y Ecuaviviendas.

«Construimos, vendemos y administramos. A Dios gracias nos va genial, a pesar de la situación difícil. El sector de la construcción ha caído un 30 por ciento por la crisis de Ecuador, sobre todo por el descenso del poder adquisitivo a consecuencia de la caída del petróleo», explicó.

Pérez asistirá el lunes próximo a la reunión de la Comisión de marcha de la IAAF en Roma, con ocasión del Mundial por equipos (antigua Copa del Mundo), como representante de Sudamérica.

«Necesitamos aportar», subrayó, «y son fundamentales los que están en las comisiones para que tengan la valentía de decirle a Coe lo que es incorrecto, así como no teníamos miedo de enfrentarnos a nuestros rivales y luego nos sentábamos a cenar juntos».

Jefferson apuesta por el guatemalteco Erick Barrondo, que desde hace un año trabaja la biomecánica con José Marín. «Si le ves marchar ahora, es un atleta totalmente diferente», dijo.

«Yo cuando entrenaba», recuerda, «tenía muchos conflictos, con entrenadores, dirigentes y los mismos deportistas. Tenía que hacer análisis biomecánicos muy costosos y había gente que ponía en duda su necesidad. Ahora ya se sabe que son necesarios. Con Marín han un compromiso hasta los Juegos de Río. No sé si luego continuarán».

Los marchadores latinos tendrán en Río, a su juicio, «una ventaja que es difícil que puedan encontrar nuevamente: el mismo huso horario y situaciones parecidas a sus países, excepto Bolivia. No van a encontrar otra posibilidad en cuanto a adaptación, clima y altura».

«Recuerdo cuando competía que llegaban los chinos y me filmaban todo, me hacían consultas y me preguntaban. Nosotros encantados de la vida dándoles la información, y ahora voy a tener la fortuna de sentarme con ellos y preguntarles cómo han llegado a conseguir cosas en tan poco tiempo», comentó.

En la Comisión de Marcha de la IAAF Pérez confía en aportar sus conocimientos «a una especialidad que no me dio triunfos, sino enseñanzas de vida», aseguró. EFE (I)

jad

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