República Dominicana: Todo apunta a la reelección de Medina

En esta imagen del 25 de abril de 2016, un hombre camina por un puente peatonal junto a un cartel electoral del presidente Danilo Medina en Santo Domingo, República Dominicana. Medina, un economista de 64 años tecnócrata de carrera, se enfrenta a siete rivales en la primera ronda electoral. (AP Foto/Ezequiel Lopez)

SANTO DOMINGO, República Dominicana (AP) — Con un crecimiento económico sostenido, que llegó al 7% los dos últimos años, y una oposición cada vez más débil y fragmentada, nada parece detener la reelección del presidente Danilo Medina en la República Dominicana.

La única duda es si obtendrá más del 50% de los votos y ganará en la primera vuelta el 15 de mayo. Las últimas encuestas indican podría conseguirlo.

El malestar con el alza de los impuestos a las ventas y las matrículas universitarias para reducir el déficit fiscal que encontró Medina al llegar a la presidencia se ha diluido y mucha gente se muestra complacida con la inversión en obras públicas, incluidas unas 2.500 escuelas nuevas, carreteras y el sistema de desagüe en esta nación proclive a las inundaciones.

El gobierno alargó la jornada escolar y ofrece dos comidas gratis por día a los alumnos.

El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) de Medina «es el único en el sistema político que sigue estructurado», explicó la socióloga Rosario Espinal, de la Universidad Temple de Filadelfia, aludiendo a la división del principal colectivo de oposición, el Revolucionario Dominicano (PRD).

Un sector del PRD acude a los comicios aliado al oficialismo, lo que hace casi imbatible a Medina, pues entre los partidos pequeños, ninguno ha logrado despuntar.

Para derrotar a Medina y su alianza de 15 agrupaciones «se necesita una fuerte unidad de la oposición y eso no se concretó», señaló Espinal.

En los comicios participan ocho candidatos y el rival más fuerte de Medina, Luis Abinader, del Partido Revolucionario Moderno (PRM), el colectivo que surgió en 2015 de la división del PRD, no parece capaz de hacerle fuerza.

La última encuesta de Gallup, publicada el 25 de abril por el periódico Hoy, indicó que la intención del voto a favor de Medina había aumentado del 51,8% en enero a 63% en abril. El apoyo a Abinader había descendido del 35,7% al 29% en ese mismo periodo. Para ganar en la primera vuelta se requiere el 50% de los votos más uno.

De los otros seis candidatos presidenciales, incluidas por primera vez dos mujeres, sólo uno de ellos, el ex fiscal de la capital Guillermo Moreno, cuenta con una intención del voto superior al 1%.

«Este proyecto político es invencible», se ufanó Medina, un economista de 64 años, ante cientos de simpatizantes durante un acto proselitista a principios de mayo.

El principal reto que encaró Medina en su gobierno se produjo cuando el tribunal constitucional dictaminó en septiembre del 2013 que los descendientes de personas que ingresaron al país ilegalmente, la mayoría de ellos haitianos, no tenían derecho a la ciudadanía. La decisión fue severamente cuestionada en otros países caribeños y por organismos de derechos humanos e hizo temer deportaciones en masa. El gobierno respondió con un programa que para restablecer la nacionalidad a unas 55.000 personas nacidas en el país y otro para regulariza el status como inmigrantes a unas 210.000 personas por primera vez. Unas 300.000 no se acogieron al programa o no reunieron los requisitos y miles se han ido a Haití.

Abinader, un economista y empresario de los sectores construcción y turismo, nunca ha ocupado cargos públicos, aunque se postuló en 2012 como candidato a la vicepresidencia por el PRD, como compañero de fórmula del exmandatario Hipólito Mejía. En esas elecciones fueron derrotados por escaso margen por Medina.

El PRD, uno de los partidos más longevos y grandes, concretó su división en 2014 tras las tensiones surgidas desde que en 2011 el expresidente Mejía se impuso en las primarias a Miguel Vargas, líder del colectivo. Mejía fue expulsado del partido por supuesta insubordinación y junto con Abinader y líderes históricos de la agrupación se unieron a otro colectivo para fundar el PRM, mientras que Vargas y gran parte del PRD se aliaron al proyecto reeleccionista de Medina.

Una constitución vigente desde el 2010 no permitía la reelección inmediata y a poco de comenzar su mandato Medina aseguró que no trataría de modificar la ley para volver a postularse.

El PLD, sin embargo, aprovechó su control total del Senado y su mayoría en la cámara baja para reformar en 2015 la constitución con la única meta de permitir la reelección presidencial, en una actitud que generó una crisis interna del colectivo debido a que diversos grupos impulsaban la nominación del expresidente Leonel Fernández, quien ya gobernó en tres periodos.

El conflicto se saldó con un pacto que garantizó a la gente de Fernández candidaturas y cargos públicos a cambio de apoyo a la reforma constitucional.

Medina seleccionó nuevamente a la vicepresidente Margarita Cedeño, esposa de Fernández, como su compañera de fórmula para estos comicios.

El mandatario ha encabezado un período de estabilidad económica que coloca al país como el de mayor crecimiento en la región. El PIB creció 7% anual en los dos últimos años gracias a la construcción de obras públicas y a la recuperación económica de Estados Unidos, que impulsó el comercio, el turismo y las remesas.

La caída de los precios del petróleo, que afectaron a varias economías a nivel global, «paradójicamente, viene a beneficiar la República Dominicana«, explicó el economista Alejandro Fernández. Como el país carece de hidrocarburos, la caída de los precios reduce sus gastos y le permitió renegociar su deuda petrolera con Venezuela.

Medina también exhibe proyectos sociales como la ampliación de las horas de estudio de las escuelas públicas, un masivo plan de alfabetización de adultos, múltiples microcréditos, apoyo a las pequeñas y medianas empresas y obras de infraestructura en barrios y zonas rurales, incluidos la ampliación del metro de Santo Domingo y un teleférico.

«Lo mejor es que (Medina) siga ahí (en el gobierno)», dijo Lauri Matos, un transportista y conductor de un mototaxi de 46 años. Adelantó que votará por el mandatario porque «es el único que nos ha arreglado la cañada» que inunda frecuentemente el barrio marginal donde vive con su esposa y dos hijos.

Para Altagracia Santana, una empleada de mantenimiento de 30 años y madre de cuatro hijos, «Danilo ha estado resolviendo la educación». Mientras cose el dobladillo de un pantalón como parte de su trabajo alterno como costurera, explica que votará a favor de la reelección del mandatario porque decenas de jóvenes de su barrio reciben capacitación técnica mediante los programas educativos del gobierno e incluso el transporte diario para ir a clases.

Santana, que sólo cursó hasta tercer grado de secundaria, se benefició de esos programas. Además de su empleo formal, realiza en su casa trabajos de sastrería gracias a los cursos de corte y confección que tomó en el gubernamental Instituto de Formación Técnico Profesional.

Para la socióloga Espinal el apoyo a Medina también está vinculado a la estructura populista del gobierno que beneficia a miles de personas con empleos y apoyo económico. Según datos oficiales, 23% de los electores reciben ingresos del Estado, ya sea como empleados públicos (8,9 o mediante algún programa de subsidios (13,9).

En las elecciones del 15 de mayo están convocados 6,7 millones de electores para elegir al presidente y vicepresidente, a los 222 congresistas y todas las autoridades municipales. Desde los comicios del 2010, el partido gobernante mantiene el control del Senado, con 31 de las 32 curules, así como la mayoría en la cámara baja, con 96 de las 190 bancas.

«En la medida en la que oposición siga tan dispersa le será muy difícil enfrentar un estado clientelar» encabezado por el PLD, consideró la socióloga Espinal. (I)

Por EZEQUIEL ABIU LOPEZ, Associated Press

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