Así se ganan los partidos y se triunfa en torneos como la Copa América. Lo mismo ocurre con los pueblos.
Hoy el profesor Rafael apuesta a jugar con once jugadores guindados del arco: impuesto a salida de divisas, salvaguardas, restricciones y mordazas. Y a veces hasta nos meten autogoles, como subir impuestos al consumo en plena crisis.
Hay que cambiar la estrategia. Y también al director técnico. Hoy necesitamos anotar goles: eso significa atraer inversión privada para ingresar a la economía dólares —de verdad, no dinero electrónico—, lo cual genera emprendimiento, suma empleos y permite, con tributos razonables, sostener la inversión social que garantiza a todos oportunidades para progresar.
Ahora bien, los goles no se hacen con magia, sino con buenos jugadores, reglas claras, árbitros confiables y trabajo en equipo.
Hay que vender más en el mundo, sobre todo banano, café, cacao, camarón y pesca, que hoy vuelven a mantener la economía ante el fin del boom petrolero. Hay que fijar normas claras con impuestos que se paguen a rajatabla, pero sean previsibles y sensatos. Hay que confiar en árbitros que piten cuando de verdad hay falta, sin someterse al poder político de turno.
Y sobre todo hay que trabajar en conjunto. No importa nuestra ideología: en todo encuentro siempre se gana o se pierde como equipo. Y por tanto, debemos superar diferencias para lograr acuerdos entre toda la selección ecuatoriana, porque en el gran partido del pueblo contra la crisis, el autoritarismo y la pobreza, solo podemos vencer si todos jugamos juntos.
@hectoryepezm