
El Gobierno catarí criticó la sentencia por espionaje contra el derrocado presidente egipcio, Mohamed Mursi, y que se mencione en ella al Estado de Catar, al que El Cairo acusó de injerencia y de intentar dañar a Egipto.
En un comunicado en respuesta a la condena a cadena perpetua de Mursi, el Ministerio catarí de Exteriores aseguró que el fallo es «infundado y contiene afirmaciones engañosas que son contrarias a la política del Estado de Catar hacia todos los países hermanos, entre ellos Egipto».
«La acusación de espionaje para Catar contra un expresidente y contra trabajadores de los medios de comunicación es sorprendente e inaceptable», dijo el portavoz de Exteriores, Ahmed al Rumaihi.
El tribunal egipcio condenó también en este caso a pena de muerte en rebeldía al antiguo director de informativos de la televisión catarí Al Yazira en árabe Ibrahim Helal y al exreportero de la cadena Alaa Omar Sablan.
Estos periodistas de Al Yazira, así como Mursi y otras ocho personas, fueron sentenciadas por hacerse con documentos relacionados con la seguridad del Estado egipcio y entregárselos a las autoridades de Catar.
El ministerio catarí criticó el sistema judicial egipcio, recordando las numerosas condenas a muerte y a cadena perpetua emitidas en los últimos dos años, y apuntó que este proceder «no ayuda a consolidar los lazos fraternales entre los dos países».
Ante esta declaración, el Ministerio egipcio de Exteriores acusó a Catar de «ignorar la transparencia y profesionalidad de la justicia egipcia» y de haber intentado dañar a Egipto a través de sus medios de comunicación.
«Este tipo de declaración (la catarí) no es de extrañar por parte de aquellos que dedicaron sus esfuerzos y recursos durante los últimos años a dirigir sus medios de comunicación contra el pueblo egipcio y sus instituciones», señaló la nota egipcia.
Las autoridades egipcias subrayaron que ellas «nunca van a intervenir en los asuntos internos de los otros países árabes», de lo que acusan a Catar.
Catar fue uno de los principales valedores de Mursi y fue muy crítico con las autoridades que surgieron tras su derrocamiento en julio de 2013, en concreto el actual presidente Abdelfatah al Sisi.
Muchas de esas críticas y muestras de apoyo a los Hermanos Musulmanes fueron vertidas a través del canal Al Yazira, que fue vetado en Egipto y varios de sus periodistas procesados en distintos casos. EFE (I)