Un viaje por el «poliedro» que fue Camilo José Cela

MADRID, 04/07/2016.- El rey Felipe VI ha inaugurado hoy en la Biblioteca Nacional la exposición "CJC 2016. El centenario de un Nobel. Un libro y toda la soledad", organizada en colaboración con AC/E y la Fundación Pública Gallega Camilo José Cela, y en la que a través de 600 piezas se puede realizar un "viaje" al universo del Nobel. EFE/J. J. Guillén ***POOL***

Madrid, (EFE).- Novelista, articulista, dramaturgo y poeta, pero también académico, editor, pintor, coleccionista, actor y vagabundo, Camilo José Cela fue un «poliedro», cuya personalidad retrata la exposición que se inaugura hoy en la Biblioteca Nacional de España (BNE) con motivo del centenario de su nacimiento.

La muestra «CJC 2016. El centenario de un Nobel. Un libro y toda la soledad», inaugurada por el Rey, está organizada por la BNE en colaboración con Acción Cultural Española (AC/E) y la Fundación Pública Gallega Camilo José Cela, que han reunido 600 piezas para realizar un «viaje» al universo del escritor gallego.

Su comisario, Adolfo Sotelo Vázquez, catedrático de Literatura Española en la Universidad de Barcelona (noreste) y director de la cátedra Camilo José Cela, explicó que la exposición, dividida en 44 secciones, se basa en los «tres grandes momentos» del escritor: la ascensión (de 1942 a 1955); su consolidación (del 56 a finales de los 70) y los reconocimientos (a partir de los años 80).

De toda la trayectoria de Cela, Sotelo Vázquez resaltó como su preferida la primera de sus etapas, donde ha descubierto, según explicó a los periodistas en la presentación de la exposición, la «salvaje potencia creadora» del escritor.

Para la directora de la BNE, Ana Santos, la muestra refleja la «ecléctica y poliédrica» y también complicada personalidad de Cela, mientras que la responsable de AC/E, Elvira Marco, señaló que la exposición viajará en noviembre al Museo Centro Gaiás de la Cidade da Cultura, en Santiago de Compostela (noroeste).

Una exposición que recoge el carácter del autor en todas sus dimensiones y que ofrece un viaje por las fortunas y las adversidades del escritor, que se inician con imágenes de su infancia, adolescencia y primera juventud, para pasar posteriormente al Cela narrador, a la importancia de sus novelas y a la relación del nobel con la cultura y la sociedad de cada momento histórico.

Así, se puede hacer un recorrido por la aventura personal, intelectual, literaria y artística del escritor que, a veces, como narrador cuenta su propia trayectoria, a través de sus textos autobiográficos, de sus cartas y de los miles de artículos que escribió en diversos periódicos.

La muestra permite contemplar la primera edición de todas sus novelas, desde «La familia de Pascual Duarte» (1942) a «Madera de boj» (1999), e incluso manuscritos, así como algunas traducciones y las críticas que tuvieron al ser publicadas.

Además, se retrata a través de artículos periodísticos la proyección de Cela en los ambientes intelectuales y en los medios culturales, pero también se ven fragmentos de las tres películas en las que participó como actor entre los años 1948 y 1953 y la pintura del propio escritor, expuesta en Madrid y La Coruña a finales de los 40.

Los viajes del escritor, de los que nacieron, entre otras obras, «Viaje a la Alcarria», también tienen su espacio en la muestra, con objetos como su mochila y otros utensilios, herramientas y mapas.

Entre los reconocimientos que tuvo Cela a lo largo de su carrera, además del Premio Nobel, en 1989, que se puede observar a través de grabaciones, se recuerdan los más de 25 doctorados honoris causa de las más diversas universidades del mundo que recibió, así como otros muchos galardones.

Su ingreso en la Real Academia, la creación de la editorial Alfaguara, su encuentro con Picasso o la creación de la Fundación y la Universidad que llevan su nombre son otros de los episodios que se recogen.

Y entre sus colecciones, las botellas de vino dedicadas por personajes como Henry Miller, Miguel Delibes, Pablo Ruiz Picasso, Severo Ochoa, Ernest Hemingway o Gerardo Diego.

Una exposición que empieza y acaba con un reloj, a los que era muy aficionado Camilo José Cela, y una frase que recuerda que el 17 de enero de 2002 «al escritor se le paró el reloj». EFE

(I)

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