¿Qué pasó con el dragado del Guayas?

Aunque este año nos salvamos de El Niño, la falta de dragado de los ríos es una amenaza latente en todos los inviernos para 4 de cada 10 ecuatorianos que vivimos en las ocho provincias que integran la cuenca del río Guayas, la mayor zona de producción agrícola y camaronera del país, que mantiene hoy la dolarización. Para prueba en este invierno, sin Niño, se desbordó el Bulubulu y hubo que evacuar a cientos de personas en Milagro por la crecida de su río.

Hace más de cuatro años la Prefectura del Guayas recibió, sin plata, la competencia para dragar. Por insistencia ciudadana, Jimmy Jairala prometió a los cuatro vientos que firmaría el contrato del dragado en mayo de 2016 —más vale tarde que nunca—, lo cual fue ostentosamente publicitado con propaganda de la Prefectura. Pero la realidad es que llegó julio y el concurso ha quedado desierto porque el proyecto, tal como se planteó, no convocó ofertas. También se prometió que el Gobierno entregaría 20 de los 60 millones de dólares que cuesta dragar —pese a que por ley debió cubrir la suma total—, pero eso, en la crisis actual, suena a tomadura de pelo.

¿Y ahora?, diría el Loco. Primero Jairala debe aclarar por qué se cayó el concurso: si el problema es que la obra debe ser financiada por la contratista, como dijo en su último enlace radial, eso se debería a que el Prefecto aceptó una competencia sin recursos en 2012, violando la Constitución y perjudicando la economía de la provincia. Pero el problema no es solo Jairala. Y por eso los ciudadanos merecemos que por ley se obligue a las ocho prefecturas de la cuenca del Guayas a asociarse para cumplir no solo con dragar el Guayas, sino sus afluentes Daule y Babahoyo, a fin de proteger especialmente a los campesinos. ¡No esperemos al desastre para actuar!

@hectoryepezm

Más relacionadas