Desde sus inicios la Unión Europea no ha hecho más que expandirse. La salida de Reino Unido es la primera experiencia que soporta esta unión económica y política de 28 países. Hoy en día la palabra “Brexit” es la más pronunciada entre internacionalistas y expertos del derecho comunitario. Detrás del referendo hubo antiguas y nuevas arideces: el control de la inmigración, el recelo ante la burocracia de Bruselas, la defensa de la soberanía nacional, entre otras.
El mercado único es el corazón de la Unión Europea (UE), y en su centro reposa el libre mercado, sin tasas ni aranceles comerciales. Pero no solo es eso: el mercado único incluye también la libre circulación de bienes, servicios, personas y capitales. En este escenario, uno de los bienes mayores del siglo XXI es el conocimiento. Los activos intangibles son pieza fundamental del desarrollo tecnológico. Y en la esfera comunitaria europea, la Propiedad Intelectual e Industrial comparten y se ven afectadas directamente por normas comunes.
Aquí conviven entidades como la Patente Europea, la Marca de la Unión Europea, el Diseño Comunitario, el Registro Europeo de Variedades Vegetales e incluso el Nombre de Domino .eu. Dichas instituciones cohabitan con los Certificados Complementarios de Protección para medicamentos (CCP) y con las Directivas de armonización legislativa nacional en la materia. La Unión se ha embarcado también en proyectos de anchura como la Directiva 2016/943 aprobada apenas el pasado 8 de junio sobre la “protección frente a la obtención, utilización y revelación ilícitas de secretos comerciales” o la misma Patente Unitaria.
El proceso hasta la salida definitiva del Reino Unido y el establecimiento de una estable relación con la UE será largo y estará lleno de escepticismos, lo que podría afectar negativamente a las economías europeas. Las lecturas que se presentan ante este fenómeno, desconocido para los europeos, son variadas, y considerando que el Reino Unido conoce y aplica la legislación del mercado único, tal vez, un tratado de libre comercio de bienes y servicios entre este país y la UE sea lo más fácil de alcanzar. (O)