Choe Ryong-hae, considerado «número tres» de Corea del Norte, está aprovechando su visita a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro para reunirse con autoridades internacionales, informaron hoy medios de Pyongyang, en un momento de fuerte aislamiento del régimen comunista.
Choe, miembro del politburó del Partido de los Trabajadores, vicepresidente de la Comisión de Asuntos de Estado y mano derecha del líder Kim Jong-un, se citó el pasado viernes con el presidente en funciones brasileño, Michel Temer, según indicó la agencia estatal KCNA.
Ambas autoridades acordaron «impulsar el desarrollo de las relaciones de amistad y cooperación» entre Corea del Norte y Brasil, según el medio oficialista.
El alto cargo norcoreano también mantuvo reuniones con los jefes de Estado de Suiza, Johann Schneider-Ammann, y San Marino, Andrea Ugolini, además de vicepresidentes de Angola, Guinea Ecuatorial y Zambia, afirmó la KCNA.
Asimismo, se entrevistó con los líderes del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, el comité Organizador de los Juegos, Carlos Arthur Nuzman, y la Federación Internacional de Judo (FIJ), Marius Vizer.
El hecho de que Corea del Norte, que participa en Río con 30 atletas en nueve disciplinas, haya enviado a los Juegos a su número tres y que éste haya mantenido una activa agenda de reuniones se considera un intento de mejorar sus relaciones con la comunidad internacional, muy deterioradas desde principios de este año.
Pyongyang llevó a cabo en enero y febrero respectivamente su cuarta prueba nuclear y el lanzamiento de un cohete espacial con tecnología de misiles, por lo que el Consejo de Seguridad de la ONU le aplicó las más fuertes sanciones comerciales hasta el momento.
Estas sanciones, que prácticamente impiden a los miembros de las Naciones Unidas los intercambios con Corea del Norte, han debilitado los escasos vínculos que el Estado «juche» mantiene con otros países de todo el mundo.
Además, el régimen de Kim ha reafirmado su intención de seguir desarrollando armas nucleares, algo que es observado con preocupación por prácticamente toda la comunidad internacional. EFE (I)