NUEVA YORK (AP) — J.J. Abrams solo buscaba distraerse un poco de las pantallas verdes y los sables de luz mientras rodaba «Star Wars: The Force Awakens» («El despertar de la fuerza») cuando decidió salir a ver una obra de teatro en Londres.
«Tenía una noche libre y me fijé qué estaban dando», recordó Abrams en una entrevista reciente en Nueva York. «Vi algo titulado ‘The Play That Goes Wrong’ (‘La obra de teatro que sale mal’) que sonaba entretenido, compré un boleto y fui sin saber nada. Nunca me había reído tanto. Nunca había visto a un público reír con tantas ganas».
El hecho de que Abrams se topara por accidente con «The Play That Goes Wrong « es adecuado: la obra está repleta, precisamente, de accidentes y tropiezos. Y ahora, con Abrams como productor, se presenta en Broadway, con funciones de preestreno en el Teatro Lyceum previo a su estreno oficial del 2 de abril.
«The Play That Goes Wrong» es una farsa disparatada —presumiblemente el misterio de un asesinato en los 1920— en la que los diálogos son estropeados, las entradas mal programadas, las actrices golpeadas hasta perder el conocimiento y ni un solo objeto de utilería en su sitio.
La obra marca el debut en Broadway de una pareja inusual. Es el primer paso profesional en el teatro para Abrams, el eminente creador de exitosas películas de ciencia ficción y rompecabezas televisivos. Y también es la llegada a Broadway del londinense Mischief Theatre.
Kevin McCollum, el otro productor de la puesta, llama a la troupe —que también incluye al director artístico Henry Lewis y el director de la compañía, Jonathan Sayer— «el ‘Lobo estepario’ cómico».
Aunque la obra se presentó dos años en el West End y ganó un Premio Olivier, viene de orígenes humildes. Primero se presentó sobre un pub en el norte de Londres, con desastres menos espectaculares. La ironía de que una pequeña comedia británica sin grandes nombres haya atraído a un benefactor como Abrams, conocido por megaéxitos internacionales del cine, no se pierde en el grupo: la obra promociona incrédulamente a Abrams como alguien «que solo podemos asumir que perdió una apuesta».
Pero el interés del cineasta es genuino. McCollum, el veterano productor de «Avenue Q» e «In the Heights«, dice que «él vino aquí sin un gramo de cinismo».
«No lo hizo porque lo necesitáramos para vender boletos ni nada. Fue como que: ‘Me encanta este espectáculo. A ustedes les encanta este espectáculo. Amo el teatro y me encantaría trabajar un poco más en teatro»’, relató McCollum. «Yo le dije, ‘Maravilloso. Ven. Hagamos esto»’.
Y aunque pareciera que Abrams nació solo para hacer cine, dirigió y actuó en obras de teatro en la escuela secundaria y la universidad, toda su vida ha coleccionado programas de teatro, y su amor por «Hamilton» llevó a Lin-Manuel Miranda a componer la música de la Banda de la Cantina en «El despertar de la fuerza».
Quizás también buscaba un antídoto a la producción de cine a gran escala.
«Me gusta tanto la comunidad de montar un espectáculo sin depender de editores o efectos especiales», dijo Abrams. «Hay algo tan puro en eso. Es notable, estando tan acostumbrado a todas las muletas que el cine permite, ver cómo el público puede conmoverse tanto con un puñado de personas en el escenario con maquillaje, vestuario e iluminación. Es algo que siempre me maravilla».
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