Policía de Río instala torre blindada en favela tras cinco días de tiroteos

REFERENCIA | Policías patrullan la zona en el complejo de favelas de Alemão, en la zona norte de la ciudad de Río de Janeiro (Brasil) hoy, martes 25 de abril de 2017. Moradores realizaron una protesta contra la muerte del chico Paulo Henrique de Oliveira, asesinado con un tiro dentro de la favela. Los residentes acusan a la policía por el asesinato en la favela, donde se presentan confrontaciones constantes entre las autoridades y narcotraficantes.

Río de Janeiro, 25 abr (EFE).- La Policía de Río de Janeiro concluyó hoy la construcción de una torre blindada en una favela de esa ciudad brasileña en la que actúan bandas de narcotraficantes, tras cinco días de intensos tiroteos que dejaron cuatro muertos, informaron fuentes oficiales.

Los enfrentamientos armados entre agentes de la Policía Militarizada de Río de Janeiro y bandas de pistoleros en el conjunto de favelas conocido como Complexo do Alemao comenzaron el pasado viernes, cuando los uniformados iniciaron la construcción de una torre blindada en medio de una de las barriadas desde la que pretenden comandar la vigilancia en la región.

En los tiroteos murieron cuatro personas, el último de ellos un adolescente de 13 años alcanzado por una bala perdida en la madrugada de este martes y cuya muerte generó una violenta protesta y enfrentamientos de manifestantes con policías.

En la manifestación para pedir la retirada de la policía y el final de los tiroteos participaron cerca de 200 habitantes del Complexo do Alemao, un pequeño grupo de los cuales depredó un autobús de transporte público.

La torre blindada, que permitirá a la policía mantenerse a salvo de los constantes tiroteos, fue erguida en Nova Brasilia, una de las favelas que forma parte del Complexo do Alemao, el conjunto de barriadas de Río de Janeiro recuperado por las autoridades en 2010 tras haber sido por décadas un fortín de pistoleros.

Una mujer camina con una niña junto a una vivienda con las paredes llenas de impactos de bala, en el complejo de favelas de Alemão, en la zona norte de la ciudad de Río de Janeiro (Brasil) hoy, martes 25 de abril de 2017. Moradores realizaron una protesta contra la muerte del chico Paulo Henrique de Oliveira, asesinado con un tiro dentro de la favela. Los residentes acusan a la policía por el asesinato en la favela, donde se presentan confrontaciones constantes entre las autoridades y narcotraficantes. EFE/ Antonio Lacerda

Pese a la operación de hace siete años en que el Ejército ocupó el Complexo do Alemao con blindados y pese a que la Policía ha instalado en la región desde entonces varios cuarteles para garantizar la seguridad, las bandas de narcotraficantes y sus pistoleros continúan actuando impunemente en las barriadas.

El conjunto de favelas fue uno de los principales blancos de la política de «pacificación», una estrategia de seguridad pública del Gobierno regional de Río de Janeiro que permitió la instalación de puestos permanentes de Policía y de servicios públicos en favelas antes controladas por bandas de narcotraficantes.

Para poder construir la torre blindada de dos pisos a la que se oponían los pistoleros, la gobernación envió al Complexo do Alemao refuerzos del Batallón de Operaciones Especiales, que fueron recibidos a balazos en cada calle por la que avanzaban.

La instalación se seguridad fue erguida en una región que, según la Policía, era un activo punto de venta de drogas y de circulación de hombres armados.

Además de las cuatro víctimas de balas perdidas, en los tiroteos de los últimos días quedaron heridos tres agentes de la Policía Militarizada y dos habitantes de la barriada.

El Complexo do Alemao, con cerca de 40.000 habitantes, era considerado el principal fortín del Comando Vermelho, la mayor organización criminal de Río de Janeiro, hasta su «pacificación».

El Ejército y la Policía tomaron el conjunto de barriadas el 28 de noviembre de 2010 con la ayuda de tanques, vehículos blindados y helicópteros, en una acción que no dejó ni muertos ni heridos porque los pistoleros huyeron antes de la operación. EFE

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