
El 25 de abril se conmemoró el Día Mundial contra el Maltrato Infantil, una problemática extendida en toda Latinoamérica que no distingue raza, religión o cultura, y que cada vez se acrecienta más.
El hogar, los centros educativos, las comunidades y las situaciones de emergencia humanitaria: estos son solo algunos de los escenarios en donde, todos los días, miles de niños y niñas experimentan situaciones de maltrato en los países de América Latina y el Caribe. El maltrato infantil puede incluir violencia física, psicológica, y sexual, así como también negligencia o cuando el niño o niña es testigo de la violencia que se da en el ámbito doméstico.
Todos estos son escenarios en donde los niños y niñas deberían sentirse seguros. Esto, y el hecho de que a menudo quienes ejercen ese maltrato son personas conocidas por ellos, dificulta su detección y denuncia, ya sea porque se esconde por vergüenza o porque se naturaliza como un hecho común.
Existen circunstancias que propician las situaciones de violencia hacia los niños y niñas. La pobreza, la cual es producto de multiplicidad de factores como ser la inestabilidad política, la guerra y la discriminación; suele ser una de ellas. Actualmente existen 70 millones de niños y niñas en la región que viven en situación de pobreza, de los cuales 2 de cada 3 sufren regularmente violencia física o psicológica.
Otros datos regionales indican que 2 de cada 3 niños y niñas menores a 15 años experimenta algún tipo de disciplina violenta en el hogar, mientras que 3 de cada 10 estudiantes adolescentes de entre 13 y 15 años son acosados regularmente en sus centros educativos.
En Ecuador, el 33% de los niños, niñas y adolescentes entre 5 y 17 años dicen recibir golpes de parte de sus padres y madres cuando no obedecen o comenten una falta, además identificaron como lugares más comunes en donde ocurren episodios de violencia y abuso: su propia casa (54%), en el colegio o universidad (28%), y en sus barrios (11%)3. El 42% de las razones de violencia grave responden al hecho de que los niños, niñas y adolescentes no son debidamente cuidados en sus hogares. Esta cifra está seguida por un 25% de niños, niñas y adolescentes que sufre de maltrato psicológico y un 18% de maltrato físico.
Las consecuencias del maltrato infantil son preocupantes. Estudios científicos de todo el mundo evidencian secuelas a corto y largo plazo en los niños y niñas, dependiendo de la intensidad y el tiempo de duración de la situación de maltrato. La mayoría presentan sentimientos de temor intenso, baja autoestima, dificultades para el relacionamiento con sus pares, y conductas agresivas o extremadamente pasivas.
Asimismo, un niño o niña víctima de la violencia tiene menor capacidad para aprender y alcanzar todo su potencial personal, así como también para hacer contribuciones positivas a la sociedad.
En este contexto, y en el marco del día Mundial contra el Maltrato Infantil, Aldeas Infantiles SOS Ecuador ratifica su compromiso con la Convención sobre los Derechos del Niño para poner fin a todas las formas de violencia contra las niñas, niños y adolescentes, y condena todas las formas de maltrato.
La visibilización esta problemática es fundamental para su prevención y para ello es necesario un enfoque multisectorial.
Poner fin al maltrato infantil es el compromiso que Aldeas Infantiles SOS Ecuador asume como organización, y lo hace asegurando ambientes protectores y de cuidado familiar, así como evita que los niños y niñas se separen de sus padres y hogares a causa de este, y otros motivos. Para conocer más sobre el trabajo de la organización ingresa a www.aldeasinfantiles.org.ec
Aldeas Infantiles SOS es una organización sin fines de lucro, no gubernamental e independiente, que trabaja por el derecho de los niños a vivir en familia. Desarrolla su labor en el mundo desde 1949 y actualmente lleva adelante sus programas en 134 países y territorios, dentro del marco de la Convención sobre los Derechos del Niño de las Nacionales Unidas (CDN).
En América Latina y El Caribe, Aldeas Infantiles SOS apoya a más de 70.000 niños, niñas, adolescentes y jóvenes y trabaja con más de 30.000 familias en 20 países con diversos contextos sociales y culturales.
Aldeas Infantiles SOS está comprometida en crear y mantener entornos familiares de cuidado y protección para todos los niños – ya sea en su familia biológica, en un entorno de acogimiento alternativo o en la comunidad donde viven y crecen.
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