Picasso y Rivera se reencuentran en México

Pinturas de Pablo Picasso, izquierda, y Diego Rivera, derecha, en la exposición "Picasso y Rivera: Conversaciones a través del tiempo” dentro del Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México el jueves 8 de junio de 2017. La muestra se presentará del 9 de junio al 10 de septiembre. (Foto AP/Marco Ugarte)

CIUDAD DE MEXICO (AP) — Diego Rivera y Pablo Picasso son más cercanos de lo que muchos imaginan. De hecho fueron amigos hace más de un siglo en París, y como suele pasar con dos grandes talentos, terminaron por enemistarse.

El museo del Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México y el Museo de Arte del Condado de Los Angeles (LACMA) los han reunido en dos ciudades con una exposición que muestra los puntos de coincidencia de estos grandes pintores del siglo XX.

“Las primeras pláticas sobre esta exposición se hicieron hace unos siete u ocho años, y se requirieron unos tres años y medio de trabajo duro”, dijo el director general del LACMA Michael Govan el jueves en entrevista con The Associated Press, durante el recorrido para prensa por la muestra.

También estuvieron presentes Lidia Camacho, directora general de Instituto Nacional de Bellas Artes; Laurent Le Bon, director del Museo Nacional Picasso de París; Miguel Fernández Félix, director del Museo del Palacio de Bellas Artes, y los curadores Diana Magaloni del LACMA y Juan Coronel Rivera de Bellas Artes.

Entre las obras prestadas por el museo de Los Angeles se destacan “Retrato de Sebastián Juñer Vidal” de 1903, creada en el periodo azul de Picasso, y “Día de flores” de 1925, una de las pinturas más emblemáticas de Rivera en la que un indígena carga sobre su espalda una canasta con alcatraces.

“Es una de las pinturas más hermosas de ese periodo de Picasso y es muy rara. Definitivamente en el continente americano hay pocas pinturas como esa”, dijo Govan.

De la pieza de Rivera, en tanto, destacó: “Hay otras pinturas con el mismo tema pero esa es considerada una de las mejores y fue comprada en Los Angeles en la década de 1920, cuando Rivera era un joven artista. Él ganó el premio de la Exposición de las Américas para jóvenes artistas y por eso está en Los Angeles”.

La exposición incluye obras de arte clásico y prehispánico que ilustran las influencias de estos dos artistas, así como óleos y grabados que incluyen 16 aguafuertes de la serie Suite Vollard de Picasso, con una gran influencia de la antigüedad clásica y considerada una de las obras más importantes del grabado moderno. Pero por encima de todo, la muestra deja en manifiesto el punto de encuentro que tuvieron durante sus años cubistas en París, donde convivieron y se impactaron mutuamente.

El LACMA y Bellas Artes han colaborado antes, pero este es su exposición más importante hasta la fecha, pues también incluye piezas del Museo Picasso de París, del Instituto de Arte de Chicago, el Museo de la Orangerie y el Museo del Louvre, así como del Museo Casa Diego Rivera Guanajuato y el Museo Anahuacalli, fundado por Rivera con su colección prehispánica.

“Fue un gran proyecto. Simplemente conseguir las piezas en préstamo de todo el mundo fue un gran esfuerzo”, dijo Govan. “Lo que me encanta de esta exposición es que no es simple. Dice ‘Picasso, Rivera’, pero no es una comparación directa, es un encuentro y es sobre muchos encuentros: el encuentro entre dos artistas, entre puntos de vista, entre América y Europa y un encuentro entre el tiempo, cómo la modernidad y la antigüedad se encuentran, y finalmente es un colaboración entre las dos instituciones, las dos ciudades y los dos países sin muros de por medio; es un puente”.

“Picasso y Rivera. Conversaciones a través del tiempo” se presentará en el Museo del Palacio de Bellas Artes desde el viernes hasta el 10 de septiembre. Originalmente estuvo en el LACMA de diciembre de 2016 a mayo de este año, pero a decir de Govan es en México donde se muestra con todo su esplendor, rodeada de los murales de Diego Rivera en el segundo piso del museo.

La exposición incluye un muro biográfico en el que se muestra cómo avanzó casi paralelamente la vida de estos pintores contemporáneos (Picasso era cinco años mayor que Rivera) y en el muro hay una pantalla que explica el momento en el que su amistad se fracturó cuando Rivera aseguraba que Picasso había copiado las técnicas que empleó en su pintura cubista “Paisaje zapatista” de 1915, la cual no podía faltar en la muestra.

La relación, sin embargo, no se perdió por completo, como lo atestigua una carta de Rivera a Picasso de 1957 para pedirle su apoyo en la lucha contra “las pruebas de bombas termonucleares”. La misiva puede leerse muy cerca del cuadro.

(F)

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