Guayaquil.- El investigador científico húngaro nacionalizado argentino, Juan Móricz Opos lideró la investigación y descubrimiento oficial de las “Cuevas de los Tayos” patrocinado por el gobierno de la República del Ecuador por intermedio de la “Corporación Ecuatoriana de Turismo CETURIS” que sufragó todos los gastos de la «Expedición Móricz 1969» a la Cordillera del Cóndor, donde descubrió las denominadas «Cuevas de los Tayos», que son la entrada a un complejo mundo subterráneo de cuevas de gran profundidad, en las que se encontraron pasadizos y construcciones hechas por el hombre, restos arqueológicos y se afirma la existencia de láminas de metal grabadas con signos y escritura ideográficas, que, al decir de Móricz, contienen: «la relación cronológica de la historia de la humanidad, el origen del hombre sobre la tierra y los conocimientos científicos de una civilización extinguida». La comprobación de la existencia física de dichas placas correspondía a la segunda parte de la «Expedición Móricz 1969» la cual nunca se realizó por dificultades políticas, administrativas y financieras.
Las «Cuevas de los Tayos», ubicadas en territorio Shuar, deben su nombre a las aves nocturnas llamadas Tayos que habitan en numerosas cuevas en las selvas de América del Sur, y fueron descubiertas por Alexander von Humboldt en las Cuevas de Caripe, en Venezuela, especie a la que denominó “Steatornis Caripensis”.
Gerardo Peña Matheus, asesor jurídico de Móricz, integrante de dicha expedición y autor del libro «Historia documentada del descubrimiento de la Cueva de los Tayos», recibió a La República en su oficina del centro de Guayaquil.
LR: ¿Usted se ha preguntado porqué lo buscó a usted el señor Móricz?
GPM: No solamente me he preguntado, sino que le he preguntado a Móricz y él me ha contestado que nadie lo tomaba en serio, que había consultado a muchos abogados, pero lo miraban como a un loco. ¡Que les cuenten estas cosas de un mundo subterráneo! Ellos estaban ocupados en otras tareas. Pero, Móricz se encontró con un amigo suyo, el senador por Galápagos Manuel Pareja Concha, y él recomendó mi gestión profesional porque la conocía y teníamos una buena amistad. Entonces, Móricz apareció en mi oficina. Está en mi libro narrada la entrevista con Juan y el escepticismo que despertó en mí toda esa historia, que es tan inconcebible. ¿Quién se va a imaginar que el mundo es hueco? ¿Quién puede, seriamente, imaginar un hecho semejante?
MR: Julio Verne escribió «Viaje al centro de la tierra» en 1864.
GPM: Yo evoqué a Julio Verne y pensé ¿será posible que Julio Verne haya tenido razón? Tuvo razón, es un mundo subterráneo y lo descubrió y lo dio a conocer Juan Móricz. Tiempo después han tratado de desconocer su descubrimiento. Hubo un Ministro ecuatoriano que dijo que no se puede atribuir el descubrimiento ni al señor Móricz ni a una determinada ciudad porque estas cuevas eran conocidas, desde tiempos inmemoriales, por los indios jíbaros que habitan la región. Yo dije en una entrevista de televisión que, con esa lógica, entonces tampoco Colón descubrió América, porque ya la conocían los indios que lo recibieron. Y luego le preguntaron a Móricz qué opinaba de esto, y él, que era de pocas palabras dijo: «vea, la luna también era conocida por todos, pero nunca alguien estuvo allí hasta que llegó el señor Neil Armstrong». Móricz las puso en el mapa del mundo, porque nos llevó a conocerlas. Yo le dije a Juan que yo le hacía todas estas gestiones legales, pero que me tenía que llevar a ver las cuevas.
LR: ¿Por eso escribió usted el libro?
GPM: Yo lo que he pretendido es dejar constancia escrita de un hecho histórico: el descubrimiento por parte del señor Juan Móricz de las «Cuevas de los Tayos» del Ecuador, por eso lo he ilustrado con documentos públicos y privados, con cartas y con fotos, y con reproducciones de noticias periodísticas y de revistas. Por principio de resguardo personal, preferí insertar las pruebas en el mismo libro para que no me señalen como farsante. Porque la historia es bastante inverosímil, pero real y sumamente interesante.
Si algún calificativo me endilgan sería el de cronista de una expedición; yo hago el papel de Antonio Pigafetta en la expedición de Magallanes, gracias al que se conocen todos los detalles de dicha expedición, incluso unos muy interesantes, como el hallazgo de dos gigantes a los que los españoles les llegaban apenas a la cadera.
LR: Pero esto es un tema del que no se habla ni se estudia.
GPM: Porque la verdadera historia de la humanidad está totalmente cambiada, no es la que conocemos. Imagínese usted cuántos años de oscurantismo tuvo el mundo cultural antes de que Napoleón fuera a Egipto y el genio de Jean Francois Champollion fuera capaz de descifrar los jeroglíficos y de darnos a conocer toda una civilización y una organización social, política y militar de una serie de dinastías sucesivas en Egipto, hasta que las que aceptaron los egiptólogos. Este asunto del mundo subterráneo ha sido conocido en todas las mitologías desde hace milenios, los egipcios nos hablan del Amenthi (era el inframundo de la mitología egipcia).
Los cientistas contemporáneos hablan de que América es un mundo nuevo, ¡como si el mundo se hubiera formado por partes!, cuando éste es el más antiguo de todos los mundos: ahí están las ruinas de Tiahuanaco, allí están las ruinas de Machu Picchu, allí está Teotihuacán, todas estas civilizaciones repartidas a través del continente, ¡por favor! ¿Usted cree que nosotros en este siglo XXI, con los mejores tractores Caterpillar D9 y con todos los que se han fabricado después de esos D9, podríamos construir una ciudad pétrea a cinco mil metros de altura?
Y dentro del mundo subterráneo que yo lo he visto, porque yo he estado allí y he podido calcular su altura, no porque alcanzara la luz del reflector a iluminarla, sino porque hay huecos de ventilación gigantescos, que son imperceptibles desde la superficie o desde una avioneta, porque están cubiertos de la maleza de la selva, pero cuando uno está en esa oscuridad absoluta, tan absoluta que uno es incapaz de verse la palma de su propia mano, si hay un hueco de ventilación entra un haz de luz, entonces uno puede calcular la altura desde donde entra esa luz y ese aire, y estamos a seiscientos metros o más bajo la superficie de la tierra, y hay aire puro, a pesar que estamos sobre guano, sobre un montón de excrementos acumulados durante millones de años, de los pájaros y animales que viven en el mundo subterráneo; debería de ser absolutamente asfixiante y no lo es. Allí uno respira, y camina y se agita, y duerme, y amanece vivo, y qué se yo… Entonces, ¿porqué? porque es una construcción perfecta, una ventilación perfectamente calculada con los tiros de aire, con la ventilación, con todo, pero está debajo de la tierra por alguna razón. Mi libro explica cual es la razón.
LR: ¿Por qué razón la gente habría tenido que acudir a cavernas subterráneas para vivir allí?
GPM: Para protegerse de fenómenos cósmicos por los que ha atravesado el planeta la gente de aquella época ha construido y se ha refugiado en el mundo subterráneo. En el viaje que hace la Tierra por el cosmos se encuentra con muchos imprevistos, como cinturones de asteroides, condiciones climáticas adversas, etc. A este planeta se le ha cambiado el eje muchas veces, el planeta está inclinado como consecuencia de una catástrofe cósmica, que aconteció porque en un momento de su recorrido se acercó más de la cuenta al Cinturón de Asteroides que existen entre Marte y Júpiter y atrajo a otro cuerpo celeste, que se salió de la órbita en que estaba y se puso en órbita alrededor de la Tierra.
Hasta ese momento, el planeta Tierra estaba perfectamente equilibrado, no habían estaciones, porque las estaciones las produce la inclinación que actualmente tiene, pero entonces sufrió un tirón que inclinó al planeta y se produjo una espantosa tragedia cósmica con el nacimiento y captación de la luna anterior y los maremotos y terremotos correspondientes arrasaron con la civilización existente dejando a los pocos sobrevivientes privados de toda asistencia tecnológica.
Cuando transcurridos miles o millones de años después de la captación de la anterior luna Kenos, (la luna actual es Selene), y ésta se acercó a la Tierra atraída por la fuerza de la gravedad de un cuerpo celeste de mayor volumen, empezó a partirse en pedazos y a quemarse al entrar a la atmósfera y, siendo un satélite tan grande, el despedazamiento duró miles de años. Entonces empiezan a caer objetos ardientes desde el cielo y la gente debe construir y refugiarse en las cuevas subterráneas. Y como era una civilización como la nuestra, capaz de construir ciudades inmensas, probablemente adecuaron un sistema de cavernas que ya existía, las construyeron, las pulieron, las habitaron y sobrevivieron allí porque allí no les caían las piedras del cielo y tuvieron donde refugiarse. Y por eso existimos nosotros, de otra manera la raza humana ya se habría extinguido.
María Rosa Jurado/Fotos larepublica.ec