Al electropop le persigue la mala fama de ser un estilo superficial y sin mucho contenido, pero la chilena Javiera Mena parece decidida a romper los presuntos límites de esta etiqueta: «Me gusta la dualidad de hacer una canción festiva pero con una letra introspectiva».
«Es algo que escucho en bandas como Fangoria o Pet Shop Boys y me parece muy bonita esa mezcla del baile con la introspección y la contemplación de los sentimientos humanos», dijo Mena (Santiago de Chile, 1983) en una entrevista telefónica con Efe a pocos días de empezar su primera gira por Estados Unidos.
Chicago, Nueva York, San Francisco o Los Ángeles serán algunas de las paradas de este tour con el que Mena cerrará la promoción de su disco «Otra Era» (2014) antes de entrar al estudio para grabar su nuevo álbum, que espera publicar en 2018 y del que quizá salga un «single» este mismo año.
Abanderada de la nueva ola chilena, un movimiento rompedor que atrajo la atención de la prensa hispana hacia músicos de ese país como Gepe o Francisca Valenzuela, Mena despertó grandes elogios con sus discos «Esquemas Juveniles» (2006) y «Mena» (2010), en los que los ritmos de pop electrónico adquirían un sentido lírico y emocional muy intenso.
«Yo siempre he visto la música como algo integral», dijo la cantante y compositora al recordar sus inicios artísticos a los 14 años.
«Me llamó mucho la atención, y me apasionó, tener una computadora, internet y poder empezar a bajarme programas, software, sintetizadores virtuales, y darme cuenta de que yo sola en mi casa, en mi silla con mi ‘compu’, podía generar una canción sola llena de elementos», indicó.
Mena señaló, por otro lado, que el hedonismo y el placer sexual están muy presentes en «Otra Era», que a la vez es su álbum más electrónico hasta la fecha.
«Más que tabúes siento, no sé si en todos lados, como que hablar de este tipo de cosas fuera algo superficial y no me parece así. El disco habla de una pasión, de un deseo, y esas cosas se consideran superficiales y que no tienen fondo», argumentó.
Mena opinó que es sencillo quedarse con que sus canciones son simplemente «vamos a bailar y listo», pero aseguró que trata de comunicar «cosas profundas e incluso políticas» más allá de la imagen «desechable» que erróneamente caracteriza al electropop.
Tras una carrera labrada desde el mundo independiente, Mena fichó recientemente por un gigante de la industria como Sony, con el que espera ganar en «internacionalización» y «estructura» pese a que, por su cuenta y con mucho esfuerzo, ya logró éxitos en México y España.
En concreto, la chilena destacó que de España le «marcó mucho» la cultura discotequera del país y sus costumbres, en apariencia tan sencillas, como «salir de cañas (cervezas) todos los días».
«Es una cosa liviana pero súper profunda de compartir diariamente la calle. Me fascina porque no lo veo en ningún otro lugar», señaló.
Por otro lado, Mena abordó los problemas derivados de la exposición mediática y que ella ha vivido en primera persona, sea tras declarar públicamente su condición homosexual o tras patinar en el festival Viña del Mar cuando olvidó en directo la letra de una canción de Alejandro Sanz.
«Puede ser algo muy doloroso, pero la idea es que no. Con mucha gente opinando, para bien y para mal, hay que tener un temple de acero para llevar la fama», dijo.
Por último, Mena también reflexionó sobre la delicada situación que atraviesa Estados Unidos tras la llegada a la Casa Blanca del republicano Donald Trump.
«La historia es cíclica. Esta especie de tiranos aparecen todo el tiempo aquí y allá. Hoy le tocó a EE.UU., pero hay que aguantar porque es algo muy terrible», apuntó.
«Ojalá se acabe esta era y vengan tiempos mejores. Y van a aprender, porque yo creo que de las cosas malas se aprende mucho y creo que están viviendo un momento muy oscuro ahí con Donald Trump», concluyó. EFE