Donald Trump se mantiene impredecible ante sus aliados

Presidente Donald Trump habla en el rosedal de la Casa Blanca. (AP Foto/Susan Walsh)

HAMBURGO, Alemania (AP) — El segundo viaje al exterior de Donald Trump tuvo menos de los momentos espectacularmente embarazosos que durante su primera gira, cuando los líderes europeos se volvieron más escépticos hacia el presidente estadounidense. Hubo menos críticas públicas a los aliados y menos empujones para ponerse al frente durante las fotografías oficiales.

Sin embargo, Trump partió de Europa con la misma posición en la que llegó: un factor impredecible en el escenario mundial y un elemento atípico entre los viejos aliados de Estados Unidos.

Para los partidarios del presidente, su postura es el cumplimiento de sus promesas de campaña: Hacer menos definida la política exterior estadounidense y desafiar los acuerdos globales establecidos. Sus detractores dicen que Trump sigue enviado mensajes peligrosamente mixtos al mundo.

«Nuestros socios y nuestros aliados buscan significado e intención en esas palabras y van a interpretar lo que quieran, que pudiera ser o no lo que Trump quiere decir», dijo Laura Rosenberg, una exasesora política de Hillary Clinton y socia del German Marshall Fund.

El mensaje de Trump sobre Rusia sigue siendo el más enrevesado, pese a los esfuerzos de sus asesores para acabar con cuestionamientos sobre su posición acerca de la interferencia de Rusia en las elecciones de Estados Unidos que ganó Trump.

El presidente se negó a ofrecer públicamente el tipo de condena clara que su personal dijo que le expresó personalmente al presidente ruso Vladimir Putin durante una reunión privada el viernes. Trump no respondió a una afirmación de Putin de que el presidente estadounidense aceptó su argumento de que Rusia no interfirió en los comicios de 2016, diciendo en Twitter el domingo que “ya he dado mi opinión” sobre el asunto.

La posición de Trump hacia Putin ha dejado a los aliados confundidos e intranquilos, especialmente con el trasfondo de las investigaciones sobre si su campaña se coordinó con Rusia durante las elecciones, pero cada vez más son las posturas de Trump sobre cambio climático y comercio las que se han colocado en el tope de sus preocupaciones.

La brecha sobre clima fue particularmente obvia en la cumbre del Grupo de los 20 en Hamburgo. Estados Unidos fue el único miembro que no firmó una declaración que reitera el respaldo de la alianza a las gestiones internacionales para combatir el calentamiento global. La declaración llamó el Acuerdo climático de París, del que Trump se retiró el mes pasado, como un acuerdo global «irreversible».

La canciller alemana Angela Merkel dijo que la negativa de Trump a firmar la declaración era «lamentable». El presidente francés Emmanuel Macron, que va a recibir a Trump en una rápida visita a París esta semana, declaró: «Existen diferencias grandes, crecientes, entre las grandes potencias. Existe la emergencia de regímenes autoritarios e incluso dentro del mundo occidental existen divisiones mayores, incertidumbres, inestabilidades, que no existían hace unos pocos años».

No obstante, Trump y su equipo parecen disfrutar de su estilo aislacionista y volátil. Nile Gardiner, analista de política exterior para la organización conservadora Heritage Foundation _que tiene lazos estrechos con la Casa Blanca_ elogió a Trump como el «presidente estadounidense más franco y poco convencional en los tiempos modernos» y dijo que Trump se las está arreglando para articular «una visión y una doctrina coherentes».

Muchos conservadores en Estados Unidos se sintieron alentados por el discurso de Trump en Varsovia, que fue quizás su articulación más amplia de cómo ve el papel de Estados Unidos en el mundo. Trump elogió la resistencia polaca y llamó a Occidente a unirse para combatir a las fuerzas «que amenazan con borrar los lazos de cultura, fe y tradición que nos hacen quienes somos».

Sin embargo, aunque su discurso en Varsovia describió el mundo en términos rígidos, Trump ofreció un mensaje contradictorio sobre Rusia. En una conferencia de prensa en Polonia, el presidente admitió que Rusia interfirió en las elecciones de 2016, pero pareció minimizar el hecho al repetir que «otros países» pudieron haber hecho lo mismo. (I)

The Associated Press

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