Preocupación en ONU por aumento de coca en Bolivia

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La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) expresó hoy preocupación por el incremento en 14 % de la superficie de las plantaciones de hoja de coca en Bolivia, que en 2016 llegaron a 23.100 hectáreas, tras haber registrado reducciones netas en los cinco años previos.

Entre 2015 y 2016, los cultivos de la planta se incrementaron en 2.900 hectáreas, de 20.200 a 23.100 hectáreas, según el último Informe de Monitoreo de Cultivos de Coca presentado hoy en La Paz por el representante de la UNODC en Bolivia, Antonino De Leo.

En Bolivia, la hoja de coca está protegida por la Constitución promulgada por el presidente Evo Morales en 2009, porque tiene usos culturales, medicinales e industriales, pero también es desviada por los narcotraficantes para la producción de la cocaína.

Con datos proporcionados por el Gobierno boliviano, el organismo también llamó la atención sobre la reducción de la erradicación de cocales ilegales en un 40 %, ya que en 2015 se destruyeron 11.020 hectáreas y en 2016, solo 6.577 hectáreas.

De Leo expresó ante los medios que «las inversiones de tendencias en la superficie cultivada con coca y la erradicación y racionalización» de las plantaciones ilegales «son un factor de preocupación para la comunidad internacional«.

Asimismo, destacó que el Ejecutivo boliviano haya aceptado las recomendaciones y valorado la información del reporte para enfocar las tareas de destrucción de cultivos ilegales «en las áreas donde se registró el mayor crecimiento en 2016 y evitar la expansión» de las plantaciones a otras regiones y a áreas protegidas.

Esta posición fue expresada por el ministro de Gobierno, Carlos Romero, quien afirmó que estos resultados se deben a diversos factores, en particular a una decisión deliberada «de algunos actores locales de incrementar sus cultivos».

Con el objetivo de volver a lograr las tasas registradas en el quinquenio previo a 2016, Romero anunció que se dará prioridad a la erradicación en las zonas donde se registraron los mayores incrementos de cocales, en las que, según dijo, «es posible» que haya «algunas resistencias locales» a estas acciones.

Recordó que la elaboración de la nueva Ley General de la Coca, vigente desde marzo pasado y que amplía de 12.000 a 22.000 las hectáreas legales de coca en el país, generó presión, movilizaciones e incluso discursos «radicales» que se oponían a fijar límites para el cultivo de la planta.

«Hay una pugna de intereses, pero hay una decisión de Estado en sentido de que una ley que puede regir para muchas décadas tiene una superficie máxima y no significa que esa superficie máxima va a ser objeto de una negociación en términos de cuoteo«, sostuvo.

Esa ley causó una reacción de preocupación en los organismos internacionales que cooperan en la lucha antidroga.

El informe de la UNODC también reveló que la producción potencial de coca en Bolivia se sitúa en 38.000 toneladas, un 17 % más que lo registrado en 2015.

Los dos mercados legales para comercializar las hojas de coca, uno en La Paz y otro en Cochabamba, reportaron un volumen de solo 22.000 toneladas, igual al 58 % del total, mientras que el restante 42 % pasó por mercados «no autorizados».

También se detectó que seis de las 22 áreas protegidas del país «han sido afectadas por el cultivo de coca», que alcanzó a 253 hectáreas en esas zonas, un 24 % más que las 204 hectáreas registradas en 2015.

La UNODC ratificó la recomendación de que se haga un cálculo del potencial de cocaína que se produciría en Bolivia con sus volúmenes de coca y pidió incrementar los niveles de erradicación «a niveles de años anteriores para poder mejorar el control de cultivos ilícitos en el país».

La presentación del informe de la UNODC coincide con la protesta de campesinos de Cochabamba que bloquean la principal ruta que une el centro y el este del país para exigir autorización para sembrar coca en zonas consideradas no tradicionales para estos cultivos.

Las autoridades bolivianas investigan la muerte el martes de un mecánico de 27 años cuyo cuerpo fue encontrado cerca de uno de los puntos de bloqueo donde se enfrentaron los manifestantes con policías que intentaban habilitar el paso por la ruta.

El Gobierno de Morales, que sigue siendo líder de los cocaleros de la zona del Chapare, en el Trópico de Cochabamba (centro), ha rechazado de plano discutir nuevas áreas para los cultivos de las hojas de coca. EFE

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