Un tipo ochentón

No doy a la palabra “tipo” un carácter negativo o despreciativo, como lo hizo hace unos meses una persona en un acto para mí de ingratitud, lleno de poder y olvidando lo mucho que ese “tipo” le ayudó en sus años juveniles.

Quien va a cumplir ochenta años el próximo veintiuno de este mes, puede andar tranquilamente por las calles, sin guardaespaldas ni ninguna seguridad pese a haber ocupado el más alto cargo político en el país. Es un tipo al que se le acercan muchos y le piden una foto y hasta, recordando una parodia televisiva, le piden también que les cuente un “cachito”.

Sin duda hay que diferenciar entre quien le llamó “tipo” y el tipo que sale a la calle con la conciencia limpia y sin temor de nadie pues su vida ha sido siempre de servicio y a él nunca se le subieron los humos por el poder. Pudo pasar por el poder pero para servir y no para servirse del mismo. Su familia me acogió hace muchísimos años como un miembro más. Esa familia se constituyó en un hogar para cientos de jóvenes que llegaban a hablar con el “tipo” y a buscar la orientación necesaria en los años de juventud.

Es un tipo que vive su fe convencido de su misión como seglar en la Iglesia. Como él me ha dicho más de una vez, la Iglesia habla mucho de la hora de los laicos pero sin hacerla realidad. Él sí vivió esa hora, la vivió en el aula, en el Rectorado de una Universidad y de manera especial en las convivencias juveniles, llevando adelante grupos de jóvenes, dialogando con los muchachos en sus horas de descanso aconsejando a todos para que sean verdaderos jóvenes cristianos y todo ello con el sacrificio de tiempo para su propia familia. Y la sigue viviendo hoy marcando “la cancha de la vida”, una charla de valores en base a una cancha de fútbol.

Quien cumple ochenta años es Gustavo Noboa Bejarano, a quien al final no llamo tipo, sino que puedo decir es un verdadero SEÑOR, y con mayúsculas.

¡Felicidades querido Gustavo!

  • Alfredo Espinosa Mateus es Obispo de Loja.

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