Marchan en diversas ciudades bajo el lema «Con mis hijos no te metas»

Fotografía cedida por Adrian Castro, de la ONG Abogados para la Defensa de la Vida y la Familia, una de las convocantes del evento, que muestra la marcha convocada por la iglesia católica ecuatoriana en defensa de los "valores morales" y contra la educación de género hoy, sábado 14 de octubre de 2017, en Guayaquil (Ecuador). Grupos católicos de Ecuador efectuaron hoy nutridas marchas en varias ciudades del país, en lo que consideraron defensa de la familia, de los "valores morales" y contra una iniciativa legal sobre educación de género, que se ha empezado a discutir en la Asamblea Nacional (Parlamento). EFE/Adrian Castro/ONG Abogados para la Defensa de la Vida y la Familia/

Cientos de miles de personas se manifestaron en diferentes ciudades del Ecuador bajo el lema «con mis hijos no te metas» en contra de proyectos de ley que promoverían la ‘ideología de género’.

El movimiento es promovido por representantes de 180 organizaciones pro-familia, entre ellos  grupos cristianos y conservadores como el Frente Nacional por la Familia.

Protestan secciones específicas de dos proyectos de ley, el Código Orgánico de la Salud y la Ley Orgánica para la Erradicación de la Violencia de Género, que mencionan añadir «contenidos sobre el enfoque de género» en la malla curricular.

La nutrida manifestación en Quito llegó hasta la plaza de La Independencia, en el corazón del casco colonial de la urbe y donde se encuentra también el Palacio de Gobierno. En Guayaquil, desde el Parque del Centenario hasta el Malecón Simón Bolívar, miles de personas coparon las calles.

Los participantes de la marcha creen que estas leyes van en contra de sus valores y del concepto de la familia. Grupos GLBTI han criticado la marcha, llamándola discriminatoria.

José Vaquero, un misionero católico que participó en la manifestación en Quito, dijo a Efe que la nutrida concurrencia a la marcha sólo refleja que en el país «lo primero es la familia». Para él, la familia «es una: hombre, mujer e hijos» y lo que esté por fuera de ello no es nada más que un «remedo de familia. No podemos permitir que confundan a nuestros hijos» con normativas en las que se pretende trastocar ese tipo de valores, agregó.

Recordó que en la Asamblea legislativa circulan proyectos de ley sobre aborto, diversidad sexual y reconocimiento de diferentes tipos de familia, un asunto que podría afectar, según dijo, el precepto biológico de que los seres humanos «nacemos hombres y mujeres», sin ninguna otra categorización.

«No podemos confundir a una criatura (al niño) diciéndole que puede elegir su sexo, no se puede mentir a la biología», afirmó Vaquero al señalar que los grupos profamilia efectuarán otras manifestaciones si en el Parlamento se insiste en considerar la normativa sobre la diversidad familiar y la educación de género.

«Con mis hijos no te metas», gritaban madres y padres de familia durante el recorrido, aunque en una esquina de la plaza, un pequeño grupo de activistas por la diversidad sexual respondían a los manifestantes con la consigna: «Todos somos familia».

Domingo Flores, un indígena de la región amazónica y también activista por las libertades sexuales, junto a otros cinco seguidores, mostraba la bandera del orgullo gay al paso de los católicos, aunque ninguno de los grupos provocaba al otro, más allá del asombro de ambos.

Para Flores, los católicos «tienen todo el derecho de manifestarse y, como dicen, educar a sus hijos en sus casas», aunque también «la sociedad ecuatoriana tiene el derecho de debatir estos temas para avanzar y no retroceder en derechos».

El activista dijo a Efe que las expresiones de los grupos profamilia podrían confundir a la población pues, según él, no es verdad que el «anteproyecto de ley» que se ha empezado a discutir en el Parlamento plantee la destrucción de la familia.

De su lado, la Defensoría del Pueblo, en un comunicado, reaccionó a pronunciamientos supuestamente discriminatorios del colectivo «Con mis hijos no te metas», uno de los organizadores de las manifestaciones que contaron, también, con el respaldo del Episcopado.

La Defensoría del Pueblo señaló que los pronunciamientos de dicho colectivo «promueven estereotipos e imaginarios sociales con relación a la definición de lo que es una familia natural, con padre y madre» como «modelo único y aceptable».

Ellos, dice la Defensoría, desconocen «otros tipos de familia», como la formada con los abuelos, la «monoparental» integrada por un solo progenitor, a las madres solteras, las familias separadas, las compuestas por personas del mismo sexo, las adoptivas, entre otras. La entidad hizo un llamamiento a los así llamados grupos profamilia a evitar en las redes sociales «insultos, frases denigrantes, amenazas», incitación a la violencia o cualquier forma de discriminación, pues dijo que esos «no son argumentos, ni ideas en un debate democrático serio».

 

  • Con informes de EFE y El Comercio.

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