Fernando Pozo: Anular impuesto a la salida de divisas sería un buen mensaje a inversionistas

Fernando Pozo.

Quito (EFE).- Anular el impuesto a la salida de divisas (ISD) sería un buen mensaje del presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, a los inversionistas extranjeros y para alentar el desarrollo de la economía nacional, según el gerente general saliente del Banco Pichincha, Fernando Pozo Crespo.

«El impuesto a la salida de capital es (en realidad) un impuesto a la entrada de capitales», afirmó hoy el gerente en una entrevista con Efe con motivo de su renuncia esta semana a la dirección de la principal entidad financiera privada ecuatoriana.

Tras más de dos décadas al frente del Banco Pichincha, al que entró antes incluso de la dolarización, Pozo, de 57 años, ha anunciado su deseo de dejar las riendas de la entidad para dedicarse a actividades privadas.

En una panorámica de la situación económica en su país, que arrastra una notoria deuda -la sitúan en hasta 60.000 millones de dólares-, sugiere que «la mejor manera de bajar el déficit fiscal es creciendo».

«La mejor manera no es aumentar los impuestos, es bajando los gastos y diciendo a los inversores: ¡Vengan señores, inviertan!», sugiere al presidente Moreno, porque a su juicio «con ese crecimiento se generaran más impuestos y ganancias. ¡Se genera el circulo virtuoso!».

Pero para ello, afirma, los inversores necesitan confiar en la economía ecuatoriana, necesitan «estímulos», y cree que un anuncio sobre la anulación progresiva del ISD puede ser una buena señal.

Introducido hace una década con una tasa impositiva del 0,5% y elevado con los años hasta el 5%, con el objetivo declarado de evitar la salida de capitales, el ISD es siempre motivo de debate entre los economistas ecuatorianos, porque muchos aseguran que no lo ha impedido.

Para Pozo, se trata además de un freno al ingreso de capitales de inversión y al desarrollo, porque «la persona que tiene la plata en el exterior se va a plantear que el recuperarla le costará el 5%» y si es que al Gobierno no se le ocurriría algún día «subirla al 10%».

«Ese impuesto lo que impide es que vengan recursos. No es necesario para (mantener el coste de) la dolarización. Lo pusieron porque necesitaban recursos en su momento y porque hubo una caída de los precios del petróleo, y el gobierno y los ministros se asustaron», asegura.

«Creo que ir desmontándolo sería un buen mensaje, ir bajándolo poco a poco», explica sobre su estrategia para alentar la entrada de capitales, uno de los objetivos que se han propuesto Moreno y los ministros de Finanzas, Carlos de la Torres, y de Comercio Exteriores, Pablo Campana.

Según un estudio del diario El Comercio en 2015, el ISD aportaba ese año a las finanzas del país cerca de 1.000 millones de dólares (de un total de 13.500 millones), aunque no por ello evitaba la salida de capitales.

Guiados por sus asesores, Moreno ha decidido por el momento que el impuesto -que tiene ciertas exoneraciones- permanezca en vigor.

La gerenta del Banco Central del Ecuador (BCE), Verónica Artola, advirtió en octubre pasado que, según sus estudios, sin el impuesto saldrían del país unos 400 millones al mes y que con él se fortalece la dolarización, otra de las decisiones estratégicas del mandatario en materia económica.

Una decisión, ésta ultima, que Pozo considera crucial para el desarrollo económico de su país, porque le concede la estabilidad necesaria a todos los niveles como para poder despegar, si se realiza un manejo correcto de la economía ecuatoriana y se restituye la confianza de los inversores. EFE (I)

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