El plan nuclear saudí solo tiene fines pacíficos, aseguran parlamentarios

El plan saudí de construcción de centrales nucleares sólo tiene una finalidad energética y pacífica, la de reducir la dependencia del petróleo, según aseguraron hoy varios miembros del Consejo de la Shura, la asamblea consultiva del país.

«El propósito es utilizar la energía nuclear como fuente alternativa de energía», afirmó Nura Alyousef, miembro del comité de energía de la Shura y profesora de Economía, durante un encuentro con un grupo de periodistas españoles.

Alyousef respondió con un «no» a la pregunta de si Arabia Saudí tiene planes de enriquecer uranio.

Algunos medios internacionales han publicado que Arabia Saudí pretende quedar exenta de las salvaguardas en los contratos para la adquisición de tecnología nuclear civil que impiden el enriquecimiento de uranio, base para la fabricación de bombas atómicas.

Irán, el gran rival de Arabia Saudí en la región, obtuvo sin embargo en 2015 el permiso para enriquecer uranio hasta un cierto límite en el polémico acuerdo que firmó con las potencias occidentales.

Otro representante de la asamblea saudí, Ibrahim al Nahas, miembro del comité de Seguridad de la Shura, abundó en que el plan de su país es solamente una «cuestión energética» y no deriva de la rivalidad con Irán.

«Dependemos del petróleo y las instalaciones nucleares pueden proporcionarnos cierta seguridad en el uso del petróleo, porque no sabemos si en 50 años vamos a tener suficiente petróleo, al menos para consumo energético», sostuvo Al Nahas.

A este respecto, Alyousef explicó que Arabia Saudí consume más de 3 millones de barriles de petróleo al día que destina a producir electricidad y a la potabilización del agua del mar.

Según la diputada, el país es el quinto consumidor mundial de petróleo.

El desafío consiste en sustituir este petróleo, que podría destinarse a la exportación, por cualquier otra fuente alternativa de energía, como la nuclear, la solar o la eólica, a fin de satisfacer el consumo interno.

A su vez, Al Nahas insistió en que la opción nuclear no se plantea «por el problema iraní», sino que tiene como objetivo «nuestro propio uso, pacífico, en un futuro».

Aseguró, además, que «Arabia Saudí cumple las reglas internacionales» en todos los acuerdos para la construcción de centrales que ha firmado, entre otros, con Corea del Sur, Rusia y «países occidentales».

«Irán tiene un problema con el mundo, no con nosotros», apuntó Al Nahas, que añadió que su país está «en contra de cualquier mal uso de la energía nuclear, ya sea por parte de Irán o de cualquier otro país».

Lo que plantea Arabia Saudí respecto a Irán es que se le obligue a «abrir sus puertas a las agencias internacionales» para que estas puedan comprobar si cumple o no con la promesa de hacer solo un uso pacífico de la energía nuclear.

La profesora en física nuclear y miembro de la Shura, Ferdous Saud Al Saleh añadió, por su lado, que Arabia Saudí siempre ha reclamado participar en las conversaciones nucleares con Irán, porque incluso si el propósito de Teherán es solo civil, la construcción de centrales allí «afecta a toda la región».

«Dónde instalen sus reactores afectará no solo a Irán, sino a toda el área, si no están en lugares seguros», consideró.

Por otra parte, «los países de la zona necesitan el agua del Golfo Pérsico; cualquier cosa que hagan afectará al agua, y esa es nuestra fuente de vida», advirtió la diputada. EFE

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