
El presidente Lenín Moreno ha admitido la posibilidad de que la ausencia de los periodistas secuestrados sea definitiva. «Doy un plazo de 12 horas a estos narcos para que nos entreguen la prueba de existencia de nuestros compatriotas. Caso contrario iremos con toda la contundencia sin comtemplaciones a partir de mañana, para sancionar a estos violadores de todos los derechos humanos y principios del humanismo y la solidaridad..», dijo Moreno con voz quebrada, al borde de las lágrimas.
«Cuando llamó el Presidente Santos, yo le dije que esperaba que vaya con toda contundencia. Vamos a darle la lucha, en el escenario que ellos han escogido, y los vamos a derrotar», dijo Moreno, quien precisó que se trata de operaciones conjuntas con el Ejército de Colombia. «Sentimos como propio el pesar de que su ausencia a lo mejor sea definitiva. Que Dios nos acompañe, queridos compatriotas», finalizó.
Moreno dio estas declaraciones en el aeropuerto de Tababela, a donde arribó después de abandonar la Cumbre de las Américas, en Lima, a donde había llegado esta mañana, después que la prensa colombiana informó, pasadas las 17h00 que había recibido fotografías de cadáveres supeustamente pertenecientes a los tres periodistas ecuatorianos secuestrados.
Moreno trajo en el avión a los familiares del reportero Javier Ortega (36 años), el fotógrafo Paul Rivas (45), y el conductor Efraín Segarra (60), quienes se encontraban en Lima también, buscando apoyo internacional para sus familiares.
El primer medio colombiano que lo anunció fue RCN de Colombia, quien informó que a las 13:30 recibió las fotografías, y que las habían enviado a Fundamedios de Ecuador y a la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip) de Colombia para que a la vez difundan a las autoridades de ambos países para verificarlas.
El equipo periodístico fue secuestrado el pasado lunes 26 de marzo cuando realizaba una cobertura en la zona de Mataje, Esmeraldas, tras un ataque armado que causó la muerte inmediata de tres soldados ecuatorianos (muriendo otro una semana después). El ataque, y el posterior secuestro, ha sido ejecutado por un grupo disidente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que se llama a sí mismo el Frente Oliver Sinisterra, y que es liderado por un ecuatoriano, Walter Patricio Artízala Vernaza, alias ‘Guacho‘.