El escritor cubano Armando Valladares, exembajador de EE.UU. en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, dijo hoy que el exasambleísta ecuatoriano Galo Lara está en prisión por una «venganza personal» de Rafael Correa y exhortó a dejarlo en libertad tras denunciar denigrantes condiciones de encarcelamiento.
«Es una persecución increíble, criminal, que abarca absolutamente todas las esferas«, dijo hoy el activista por los derechos humanos en una rueda de prensa en Guayaquil, ciudad en la que el lunes visitó a Lara en el Centro de privación de libertad Regional número 8.
Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Interamerican Institute for Democracy (IID), Valladares afirmó que «el infierno de Dante debe ser un paseo político por la Ribera Francesa si lo comparamos con la odisea, con lo que han sido para él (Lara), estos años de cárcel».
Exasambleísta en la provincia de Los Ríos, como representante del partido de oposición Sociedad Patriótica, Lara fue condenado a diez años de prisión, tras la acusación del entonces Ministro del Interior, José Serrano, de ser el autor intelectual de un triple asesinato ocurrido en 2011. Lara fue procesado por el Fiscal General Galo Chiriboga, en medio de una campaña mediática dirigida por la Secretaría de Comunicación, que lo señalaba como culpable.
Lara fue absuelto por la Corte Nacional de la acusación de autoría intelectual, pero una sala de la Corte, ante la que recayó la apelación del Fiscal Chiriboga, lo condenó como cómplice, y le aplicó diez años de prisión.
Galo Lara denuncia ser un perseguido político del Gobierno del expresidente Rafael Correa (2007-2017) por revelar la corrupción de la compañía brasileña Odebrecht en Ecuador en aquellos años.
Valladares compareció hoy ante los medios al frente de una delegación del IID, tras verificar las denuncias de violación de derechos en prisión hechas por el exasambleísta.
«Durante estos años sufrió un trato cruel, inhumano y degradante, se le negaron (derechos básicos)», aseguró el activista y autor cubano, y mencionó el caso, por ejemplo, de que lo tuvieran «un año sin zapatos» o le quitaran «el medidor de azúcar en la sangre».
También dijo haber constatado con documentación que cada vez que los médicos pedían su traslado a centros médicos, cuando los papeles «llegaban a la cárcel, rompían (las peticiones) y las echaban al cesto de la basura«.
«Nunca vi un ensañamiento así», subrayó Valladares, que estuvo acompañado en la rueda de prensa por el abogado Marcel Feraud, director del IID; el abogado Mauricio Alarcón, de Human Right Foundation, y otros representantes de esa ONG, de la Fundación Andina para la Observación y Estudio de Medios (Fundamedios) y del Comité Ecuatoriano de Derechos Humanos y Sindicales (CEDHUS).
También acudieron el abogado de Lara, Juan Vizueta, y el expresidente ecuatoriano Lucio Gutiérrez (2003-2005), de su mismo partido, Sociedad Patriótica, quien pidió al actual mandatario, Lenín Moreno, que lo indulte.
«Pedirle al presidente que firme inmediatamente el decreto dándole el indulto a Galo Lara», dijo Gutiérrez, pero «no porque es una causa humanitaria, sino por que es una causa justa».
«Los ecuatorianos sabemos que Galo Lara está preso por haber denunciado la corrupción de Rafael Correa, que ahora se está evidenciando«, afirmó en referencia a los distintos procesos que se han abierto en el país sobre aquellos años.
Valladares afirmó en ese sentido que el proceso judicial que lo condenó estuvo ordenado por Correa y fue «un acto de venganza de la Administración anterior».
«El pueblo lo eligió (a Lara) para que investigara cómo se usaban los dineros del Gobierno y documentara el resultado de estas investigaciones, y por documentar (..) que perjudicaban al presidente Correa fue a la cárcel», insistió.
El caso de Lara ha llegado a varias instancias internacionales y el año pasado fue tratado en el período de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en Lima, aunque el Gobierno ecuatoriano no se presentó a dar su postura.
Valladares es un escritor cubano y antiguo embajador estadounidense que se convirtió en figura y activista de derechos humanos a raíz de los 22 años e prisión que cumplió en su país natal y su carácter de opositor a la Revolución cubana. EFE
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