Intolerancia a la lactosa, un malestar que se puede evitar

La intolerancia a la lactosa es un trastorno que aparece luego de la ingesta de lactosa, como consecuencia de la deficiencia de la enzima lactasa (molécula que digiere la lactosa).  Los síntomas son malestares gastrointestinales como dolor abdominal, calambres o hinchazón después de la ingesta de productos lácteos o de otros productos que contienen lactosa.

La incidencia de poseer en algún grado intolerancia a la lactosa tiene un factor genético. Del análisis de la composición genética ecuatoriana se desprende que mientras más genes europeos tenga alguien, mas intolerante a la lactosa y mientras más genes amerindios y afros se tiene menos intolerante.  En resumen 70% de la población mestiza del Ecuador es intolerante en algún grado a la lactosa.

En la actualidad, se le ha otorgado gran valor a la importancia de llevar una dieta equilibrada y llena de nutrientes. Por tal motivo, el consumo de lácteos, al ser fuentes de calcio, son fundamentales para el desarrollo de los niños y en el caso de los adultos, contribuyen al mantenimiento de la masa ósea. Es así que, eliminar los productos o derivados de los lácteos de la dieta, muchas veces no es una opción.

Existen enzimas 100% naturales como Lactosintol que está compuestas por la lactasa  y que al ser consumidos antes de consumir los alimentos, evita los malestares mencionados anteriormente.  Su principal función es facilitar la absorción de los alimentos lácteos para que todos puedan disfrutar de una alimentación completa y equilibrada.  Su consumo es recomendable a partir de los 5 años de edad. Para lograr el efecto deseado las personas deben tomar entre una y máximo dos tabletas antes o durante la ingesta de leche o de cualquier alimento que contenga lactosa.

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