Hereditary

Carlos Jijón Jurado
Guayaquil, Ecuador

Si hay algo que me molesta acerca de cómo el público recibe películas es el conformismo. No hay nada peor que personas apoyando productos mediocres porque es lo más cómodo para ellos. Entiendo que la alternativa es aceptar que la gran mayoría de largometrajes que exhiben en los cines son basura, pero creo que es un pequeño precio a pagar por tu dignidad.

Con aquella idea, hablemos de Hereditary, la más reciente película de terror en ganar del título de “aclamada por la crítica”. Y sí, puede que sea excelente y verdaderamente única, pero no por ello tenemos que olvidarnos de sus faltas.

Si no lo sabes, Hereditary es una cinta de terror americana que logró una gran acogida en festivales de cine y una no tan buena cuando recibió un estreno más grande (si es que se le puede creer a Cinemascore). Se trata de una artista lidiando con la muerte de su madre, que es seguida por una serie de misteriosas ocurrencias que podrían no ser del todo naturales.

Y el solo recontar la trama me hace pensar en algo que odio de Hereditary y muchas películas de terror hoy en día. No sé cómo se popularizó la idea de que las películas de terror no pueden tener personajes activos, sino que tienen que estar llenas de personas aburridas que se quedan en su casa esperando a que alguna fuerza malévola decida molestarlos. Y un gran porcentaje de Hereditary es eso. “Aquí tenemos a la protagonista trabajando cuando- ‘¡Oh no!’ ¿Qué fue eso? ¿Un fantasma? Bueno, no importa. Vamos con el hijo de la protagonista. ¿Qué está haciendo él? Oh, mira. ¡Un fantasma! No. No era un fantasma. Caíste otra vez”. Comprendo que las películas de miedo de Hollywood caigan en esta estúpida idea de creer que debe haber un “susto” cada cinco minutos o la audiencia podría caer dormida, pero esta no es una película de Hollywood. Es una cinta independiente, por lo que puedes presumir que tu público tiene un lapso de atención mayor a veinte segundos, ¿por qué insisten entonces en llenarla de momentos que no significan nada?

Aunque hay que admitir que incluso cuando es esa clase de película de terror, sigue estando notablemente bien hecha. Basta con mirar las actuaciones. Toni Collette, que interpreta a la protagonista, es fantástica. Su actuación trae muchos de los momentos que más resaltan en la cinta. El que más me llegó es una escena en la que va a un grupo de apoyo y tiene que hablar sobre su triste historia familiar frente a un montón de extraños. Lo que dice en sí mismo es fuerte, pero es la actuación de Collette, tan llena de detalle y angustia, que hace que se sienta brutalmente real. Es una de las muchas escenas del filme que consideraría algo traumáticas. Y creo que es una pena que los personajes de la película no estén a la altura del trabajo de los actores. Collette es grandiosa, pero su personaje no está nunca muy bien definido. A veces es una madre cariñosa que ama a sus hijos. Otras veces es fría con ellos hasta el punto en el que le tienen miedo. Y entiendo que puedes querer a tus hijos y no ser amable con ellos de vez en cuando, pero aquí solo resultó muy confuso. Una película debería tratar de que conozcas al personaje para que puedas comprender sus decisiones, pero eso nunca pasa en Hereditary. Esto es especialmente problemático porque mientras la historia avanza la protagonista toma algunas decisiones bastante cuestionables. Nada de spoilers pero digamos que si vas a tener a un personaje abriendo las puertas del infierno, preferiría saber qué estaba pensando.

El resto de los personajes son tan planos como una hoja de papel. Está el hijo adolescente (Alex Wolff), al que le gusta ir de fiesta y consumir drogas y… nada más. Ese es su personaje. Pasamos mucho tiempo con él pero casi siempre es para verlo reaccionar a cosas raras que le pasan mientras está en clase. Luego está el esposo de la protagonista (Gabriel Byrne), que está ahí exclusivamente para servir a la trama, y la hija menor (Billy Shapiro), que es más interesante aunque no menos pasiva.

Y hay muchos problemas más pequeños que podría mencionar (como una sobreabundancia de secuencias de sueños, por ejemplo), pero creo que el más grande para mí tuvo que ver con el tono. La película cambia bastante conforme avanza la historia y de hecho esto es una de las cosas que más me gustó, pero siento que es muy posible que alguien a quien le gustó mucho la primera mitad termine odiando la segunda. La primera parte de Hereditary se parece mucho a algo como The Babadook, donde el terror y la violencia son excusas para hablar de temas humanos como la tragedia y el duelo, y es MUY efectivo. Es entonces raro que la segunda mitad se vuelva mucho más parecida a algo como Rosemary’s Baby, donde el terror y la violencia no son excusas para hablar de nada sino que están ahí para asustarte. Y no es que el filme deje de ser serio y oscuro, pero hay una gran diferencia entre el terror derivado de la miseria humana y el que trae un fantasma.

Incluso después de este ejercicio sigo creyendo que Hereditary es brillante. Aunque está inspirada por algunas otras mil películas, tiene su propia identidad y trae momentos traumáticos que estoy seguro voy a atesorar por el resto de mi vida. Pero así como logra tanto también cae en muchos estúpidos clichés que son difíciles de ignorar.

Recuerda, no importa cuán buena sea la intención de algo, siempre tienes que tener en cuenta que tu tiempo tiene valor y que pensar en lo que estás experimentando es, a la larga, lo mejor para ti. O al menos puede ahorrarte plata en idas al cine.

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