Giuliana Vargas y Ana Rosa Valdéz presentan «Ínfulas de manglar» en Casa Cesa

Guayaquil.- Giuliana Vargas Cesa, (1992) talentosa y decidida como  las mujeres fuertes de su familia, revolucionó Urdesa con la inauguración de la muestra de arte contemporáneo titulada «Ínfulas de Manglar», realizada junto con la historiadora, curadora y crítica de arte Ana Rosa Valdez el  12 de diciembre a las 19h30 en Casa Cesa, ubicada en Víctor Emilio Estrada e Ilanes.

Las obras seleccionadas por las anfitrionas  para la muestra son de los artistas Juan Caguana, Ricardo Bohórquez Gilbert, Diana Gerdeneira, Gabriela Fabre, Jorge Morocho, Maureen Gubia,  Tayron Luna,  Jaime Núñez del Arco, Eduardo Jaime, Juan Fernández, Larissa Marangoni y Jorge Velarde.

Giuliana y la periodista Gaby Gálvez.

El público que acudió a la exposición pudo disfrutar también de la actuación de la artista Mirella Cesa, tia de Giuliana. ganadora de la Gaviota de Plata en el Festival de Viña de Mar de 2018.

LR: Cuéntame donde estudiastes y a qué te dedicas.

GV: Estudié negocios en Milán, Italia. Allí hay mucho movimiento artístico, también yo vengo de una familia que colecciona arte, y toda la vida lo he vivido y me ha interesado, pero no sabía que era un mundo en el que yo me quería meter, es como algo que estaba bajo mi piel, latente, me voy a vivir a Milán a estudiar negocios, que no era algo que me fascinaba,  y comencé a ir a todas esas exposiciones, me comencé a encontrar a mí misma, hasta que decido coger un semestre aparte  para ir a una universidad de artes liberales y estudié un poco de historia del arte y de historia del cine y ahí como que me comienzo a enamorar. De allí en unas vacaciones no regresé, me quedé en Londres, estudié en Sothebys, fueron tres semanas intensas, seis horas cada dìa de historia del arte desde los años 500 hasta el modernismo, y del modernismo hasta el contemporáneo. Me toca regresar, y al principio empecé a trabajar en Marketing, me gustaba, pero no me llenaba completamente, entonces decido dejar de trabajar en Marketing  por un rato, y empezar a hacer free lance y ver que me gustaba y uno de los artistas que nos enseñaba me mostró su carpeta con sus dibujos, me pareció super interesante, le compré diez para empezar a vender y se vendieron todos, allí le compré 20 más y se vendieron todos, así que dije ‘vamos bien, porque esto me gusta’.

«Bomberos», obra de Maureen Gubia.

LR: ¿Cómo te involucrastes en este proyecto cultural?

Empecé a visitar estudios de artistas que yo conocía, ellos me iban dando referencias de otros artistas a los que no conocía y me doy cuenta de que aquí solo en Guayaquil hay miles de buenísimos artistas, entonce descubro que los lugares de exposición son tres, son contados con los dedos, «Violenta», el «Proyecto Nómada» que es muy chévere, la «Asociación del Barrio Las Peñas», Galería DPM, pero en realidad, es muy poco para la cantidad de artistas que hay y comienzo con Ana Rosa, que es la directora de una página web que se llama Paralaje, comienzo a leer su página que es sobre crítica de arte ecuatoriana y me gusta, me contacto con ella,  y le digo me interesa hacerte una exposición,  es un proyecto porque yo tengo que pedir permiso para usar la casa de Urdesa que es de mi familia, donde exponen y venden muebles’, pero mi idea era vaciar la casa, que es la primera vez que se vacía esta casa para una exposición colectiva que sólo es de arte contemporáneo,  se han dado otras, pero siempre han sido otro concepto  que es diseño y arte, yo quería enfocar esta casa solo en arte contemporáneo y hacer una muestra para presentar a los diferentes artistas. Me ha sorprendido la gente que ha venido, la acogida, tenia un poco de miedo  de que la gente no venga a Urdesa por el miedo de no encontrar parqueo.  A las finales, me comunico con la curadora, trabajamos juntas muy bien, pese a que ella vive en Quito, nos comunicamos por skype para ir  seleccionado artistas, ella escribió los textos, y yo estuve más en la manera de gestión. Por ahora yo sería una marchante, pero esto sería para mí un proyecto cultural, un lugar de exposiciones que se mantenga, yo encontré algo que me apasiona, entonces me puedo mover bien, el plan a futuro es hacer de esto un centro cultural, un lugar de exposiciones, no solo de arte visual, porque ahora el arte son mucha cosas, por eso le dije pregunté a Mirella Cesa si quería unirse, porque quiero tratar de unir todos estos tipos de arte.

Juan Caguana, que presenta narraciones alternativas del pasado de Guayaquil con respecto a los escenarios arquitectónicos de la ciudad. El artista mira hacia el pasado desde la ficción, una estrategia que permite renovar el sentido de las memorias urbanas.

El texto de Ana Rosa Valdez señala que: «las obras de esta exposición desentrañan a una ciudad latente, que en ocasiones emerge entre viejos edificios de arquitecturas modernistas o añejas fotografías de archivo . Buscan las huellas de las múltiples ciudades que pululan cotidianamente en Guayaquil sin el sesgo nostálgico que suele imprimir la idealización del pasado. A partir de una frase emblemática del historiador Julio Estrada Ycaza proponemos un giro semántico: «ínfulas de manglar» imaginada por artistas que no se identifican con el proyecto de modernización de la urbe, ni con la imagen romántica de su pasado colonial, sino que intentan urdir los relatos de su propia vivencia. Al remitirnos a las entrañas naturales de Guayaquil y al pasado que dejamos bajo el concreto, la metáfora del manglar nos conduce a pensar lo ausente, lo lejano o no manifiesto, aquello que cobra forma en la experiencia individual y subjetiva del puerto, en la vida íntima y afectiva y la memoria particular desde nos aproximamos a la experiencia colectiva. A patir de las obras, la curaduría propone pensar el espacio expositivo: La Casa Cesa Design y el tradicional barrio de Urdesa, cuya construcción se remonta a la década de los cincuenta del siglo pasado. Esta urbanización estuvo inicalmente destinada a la clase media yalta de Guaayquil y fue construida por la Empresa Urbanizadora del Salado S.A, de donde toma su nombre. La zona colinda con el Estero Salado y un prolífico ecosistema de manglar, que en las últimas décadas ha sido contaminado y afectado por la actividad humana. Las contradicciones entre la naturaleza de la urbanización, la arquitectura de la casa y el manglar constituyen un marco histórico en donde las obras de la exposición adquieren significados específicos».

Obra de Juan Caguana, a la izquierda y de Juan Carlos Fernández a la derecha y al frente, arbolitos de mangle de Larissa Marangoni.

 

Mirella Cesa

(F) María Rosa Jurado, fotos LaRepublica.ec

 

 

 

 

 

 

 

Más relacionadas