Almagro toma medidas contra Nicaragua en la OEA con apoyo de 5 países

Luis Almagro, foto telesurtv.net

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, anunció hoy el inicio del proceso para aplicar la Carta Democrática a Nicaragua, que abre la puerta a la suspensión del país del organismo, con el respaldo de cinco países: Argentina, Colombia, Chile, EE.UU. y Perú.

«Nos vemos obligados a empezar la aplicación de la Carta Democrática Interamericana«, dijo Almagro durante una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA.

La Carta Democrática es un instrumento jurídico que, en sus artículos 20 y 21, contempla trámites diplomáticos contra un Estado miembro donde haya «una alteración del orden constitucional» y, de fracasar esas gestiones, allana el proceso para su suspensión, con lo que dejaría de participar en los programas del organismo.

Para aprobar la suspensión, la mayor forma de sanción que tiene la OEA, son necesarios 24 votos, es decir, dos tercios de los 34 países que son miembros activos del organismo (Cuba pertenece a la institución pero no participa en ella desde 1962).

En sus 70 años de historia, la OEA solo ha suspendido a dos Estados (Cuba y Honduras); mientras que en su Asamblea General de este año dio un primer paso para iniciar ese proceso con Venezuela.

En su discurso, Almagro no se refirió a la suspensión y se limitó a anunciar el inicio de la aplicación del artículo 20, algo que puede hacer como secretario general y que le permite convocar de manera «inmediata» un Consejo Permanente que podría iniciar las gestiones diplomáticas con Nicaragua.

En la sesión de hoy, cinco Estados miembros (Argentina, Colombia, Chile, EE.UU. y Perú) se mostraron a favor de evaluar la situación en Nicaragua mediante la Carta Democrática, una opción que también respaldó la vicepresidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Esmeralda Arosemena de Troitiño.

«La CIDH llama a los Estados Miembros de la OEA a rechazar las violaciones a los derechos humanos, los actos de represión contra la población nicaragüense y a considerar el cumplimiento de las condiciones que hacen aplicable la Carta Democrática Interamericana al país«, afirmó Arosemena de Troitiño.

Por su parte, el embajador de Colombia ante el organismo, Alejandro Ordóñez, consideró que la OEA debe jugar «un papel indispensable» frente a la crisis en Nicaragua, que estalló el 18 de abril con protestas que piden la renuncia del presidente nicaragüense, Daniel Ortega.

«La situación en Nicaragua debe ser abordada a la luz de la Carta Democrática Interamericana«, aseveró Ordóñez.

El diplomático colombiano señaló que es «urgente» e «imperativo» tomar esa iniciativa después de que el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), de la CIDH, haya concluido en su informe que el Ejecutivo nicaragüense ha perpetrado crímenes de lesa humanidad.

Por su parte, el embajador de EE.UU. ante la OEA, Carlos Trujillo, dijo que el organismo no puede estar «en silencio» y debe acudir a la Carta Democrática para reconocer que en Nicaragua «no se cumplen» los compromisos democráticos adquiridos a nivel internacional.

La embajadora de Perú ante la OEA, Ana Rosa Valdivieso, también mencionó la Carta Democrática e instó al resto de Estados a no permanecer «impasibles» ante la situación.

La embajadora argentina, Paula Berto, fue un poco más contundente al asegurar que el Gobierno de Ortega está cometiendo «terrorismo de Estado» y adelantó: «Muchos Estados estamos pensando en la aplicación de la Carta Democrática, muchos de nuestros Estados estamos pensando en una reunión de consulta extraordinaria».

En reacción a todas esas críticas, el embajador de Nicaragua ante la OEA, Luis Alvarado, repitió sus acusaciones contra EE.UU. de «injerencia» y apuntó que Almagro está actuando de forma «acusadora y amenazante» al haber iniciado el proceso para aplicar la Carta a su país.

Alvarado contó con el apoyo de la representación de Venezuela, que subrayó que EE.UU. tiene una «política de agresión permanente» hacia Nicaragua; y de Bolivia, que pidió al organismo «propiciar un escenario de diálogo sin imposiciones».

Fuera de la OEA, una decena de nicaragüenses se concentró con banderas blancas y azules, símbolo de las protestas.

Los nicaragüenses increparon a su llegada al organismo a Alvarado, representante de Nicaragua al que llamaron «asesino» y al que pidieron que no sea «cómplice» de la «represión» de Ortega.

La crisis en Nicaragua ha dejado 325 muertos desde abril, de acuerdo con la CIDH, aunque algunos grupos elevan la cifra a 545 las víctimas mortales, mientras que el Ejecutivo solo reconoce 199 y denuncia un intento de golpe de Estado. EFE

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