La Negación

Carlos Niemes Guzmán
Guayaquil, Ecuador

La negación es una forma de represión estudiada desde Sigmund Freud, que rechaza la existencia de una verdad conflictiva para alejarla del pensamiento consciente. El razonamiento inconsciente es “no tendré que enfrentar las consecuencias de cierta realidad inconveniente si niego la evidencia, para convencerme y convencer a los demás de que no existe.” Sin embargo, cuando lo evidente prevalece y la negación fracasa, las verdades reprimidas vuelven desde el inconsciente como síntomas, padecimientos y trastornos mentales. Las negaciones son comunes en la terapia psicológica, pero también se utilizan como herramienta de propaganda y adoctrinamiento.

La negación en psicoterapia expone las intenciones o hechos que el sujeto quiere ocultar, revelando lo que le causa conflicto. Un psicólogo entrenado reconoce esta conducta defensiva y ayuda al paciente para que integre la verdad negada a su conciencia. De esta forma puede enfrentar y resolver su conflicto en vez de seguirse engañando.

Hay fórmulas más complejas de negación que son descritas por los creadores de la Programación Neurolingüística (PNL), Richard Bandler y John Grinder, con el nombre de omisiones. Ellas aparecen inconscientemente en todo proceso de comunicación, y son usadas de forma encubierta para manipular a personas o grupos. La omisión es un instrumento muy efectivo para desviar la atención de manera oculta en la publicidad, propaganda y adoctrinamiento ideológico.

Los métodos de propaganda y adoctrinamiento usados por el racismo hitleriano fueron un ejemplo de aquello. Se negó estratégicamente la condición humana igualitaria de los judíos, se minimizó el valor intrínseco de su vida y se convenció a la opinión pública de que el antisemitismo era moralmente correcto. El programa de adoctrinamiento citaba sólo estudios y cifras favorables a su ideología, mientras desprestigiaba las pruebas de especialistas contrarios a la limpieza étnica. La propaganda omitió sistemáticamente información sobre el sufrimiento y la muerte de judíos en campos de concentración. Hasta que la verdad fue demostrada, y la nación germana recibió la culpa histórica de un genocidio que será recordado por siglos.

La negación freudiana y la omisión de la PNL son también útiles herramientas de debate. Utilizadas estratégicamente limitan la discusión sólo a las ideas que se pueden defender. Mientras tanto se evita mencionar, se desprestigia y desvaloriza las áreas del conflicto que, siendo verdad, podrían favorecer al rival. Cuando uno de los debatientes sólo quiere referirse una idea, corresponde identificar qué intenta omitir y negar para encontrar los argumentos que más teme.

Ecuador vive tiempos de debate sobre la legalización del aborto. Los grupos interesados en la despenalización del procedimiento intentan limitar la discusión a la justa empatía que merece la mujer abusada, sin mencionar que el aborto no repara su violación sino que perpetúa su culpa y dolor. Debemos cuestionar si existe una negación estratégica del valor intrínseco e igualitario de la vida humana que se encuentra en el vientre de la madre. Preguntemos por qué se omite sistemáticamente toda referencia al sufrimiento y a la muerte del niño por nacer. Hay que analizar la información legal y científica sobre la cual se apoyan los especialistas que están a favor de salvar la vida de la madre y del bebé en formación. Asegurémonos de que tenemos un debate y no un proceso de adoctrinamiento a la opinión pública por parte de quienes afirman que el aborto es moralmente correcto.

* Carlos Niemes Guzmán es Psicólogo Clínico

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